Berezovka es una remota población rusa de unos veinte mil habitantes, cerca de la frontera con China. Otra de tantas poblaciones más o menos tranquilas que se encuentran en tierras del país más extenso del mundo, más concretamente en Siberia. Esa tranquilidad se interrumpió con el arresto de Sofia Zhukova, una mujer de 80 años acusada de dar muerte a tres personas.
La asesina habría cometido siete crímenes -aunque solamente pudieron demostrarse tres-, después de los asesinatos, habría descuartizado los cuerpos y con su carne preparaba bocadillos y dulces que regalaba a sus vecinos y demás personas de su barrio, muy amablemente, dato que resultaba extraño ya que normalmente se mostraba como una persona uraña y maleducada.
El modus operandi, al parecer era siempre el mismo, atraer a sus víctimas en su casa, golpearlas con un hacha y trocearlas. Su primera víctima podría haber sido un niño aL que mató en 2005, al parecer por hacer demasiado ruido mientras jugaba en la calle. Le siguieron Vasily Shlyakhtich, un conserje de 52 años de edad al que Zhukova acusó de haberla violado, aunque los investigadores ponen en duda dicha versión. Otra de sus víctimas sería una amiga, que residía con ella de unos 80 años de edad. La última persona asesinada fue una niña de siete años, Anastasia Alexeenko.
El arresto no se produjo hasta diciembre de 2019 después de que la policía fuera alertada mientras restos humanos eran devorados por perros callejeros. Después, en el registro de la vivienda de la asesina se encontraron varios restos humanos troceados en un congelador. Tras obtener muestras de ADN se corroboró que pertenecían a las víctimas anteriormente mencionadas.
Sofia Zhukova murió a finales de diciembre de 2020 por complicaciones en su salud, derivadas tras contraer el virus de Covid-19 mientras se encontraba a la espera de juicio.