Revista Belleza

¿Somos lo qué comemos?

Por Itwoman

Últimamente veo que se está usando mucho esta frase: “Somos lo que comemos”. Me da que pensar. Mucho.

Si somos lo que comemos ¿qué somos?: ¿Lechugas? ¿Filetitos de pollo? ¿Pizzas?. Son ganas de provocarnos una crisis existencial. Ya es bastante difícil ir encontrándose a una misma con los años (hay quien no lo consigue) para que a estas alturas nos vengan a decir que lo que somos es lo que comemos.

Pues vaya plan. Yo estoy muy contenta como soy, no veo la necesidad de convertirme en una manzana.

Luego te vuelven loca con historias sobre lo que es bueno, lo que no, lo que debes comer, lo que no, lo que te provoca una enfermedad, lo que te provoca otra… y no te aclaras. Llevo años intentando llevar una vida sana y equilibrada y siempre me vengo abajo. Más que nada porque veo que al final  te mueres, comas lo que comas. Si, sé que esto es un poco bestia. Lo sé y pido perdón a los ofendidos. Pero a lo que me refiero es que creo que en esta vida el equilibrio se consigue comiendo de todo, en su justa medida. A ver, que luego el cuerpo te va pidiendo lo que necesita.

Fui a la India hace años y llegué totalmente convencida de que me iba a convertir en vegetariana. Y lo intenté. Hasta que un día sin venir a cuento me entraron unas ganas locas de comerme un chuletón de buey y no tuve más remedio que hacerlo. Luego en una analítica me salió un poco de anemia y llegué a la conclusión de que el cuerpo me pedía alimentos para paliar este “inconveniente”. Además, si yo por mi misma me puedo tirar semanas sin comer carne. Si me lo prohíbo seguro que como más pensando en que no puedo comerla.

La cuestión radica en que lo importante es la calidad de los alimentos,  la forma en que se cocinan, la cantidad que comes y la hora. Hay que aprender a vivir más estilo “slow food” (que viene a ser lo contrario a “fast food” o comida rápida). Este estilo de vida para mi es ir al mercado y comprar comida fresca, cocinar las cosas que comes con tranquilidad, disfrutando de lo que haces. Pero es que llego a a casa muy tarde y muy muerta de hambre. Si no fuera por eso lo haría, de verdad.

Me pregunto qué comerá George Clooney porque si es lo que come…. yo quiero. El café Nespresso no es, que yo hace años que la tengo y no.

O qué come, por ejemplo, Angela Merkel: ¿salchichas? como es alemana…. mmm… lo que se me ocurre mejor no lo digo aquí.

Y los Rolling Stones: ¿comen  o sería mejor decir eres lo que te metes?.

Y luego están las entrevistas a modelos escuálidas que te dicen que comen de todo. No me las creo. Estas ven un bocadillo de jamón y lloran.

Para colmo, va y se me ocurre hacerme un test de intolerancia a los alimentos. Y la he fastidiado. Resulta que soy intolerante a casi todo, y yo que pensaba que era super-tolerante, pero claro una cosa es ser tolerante con las ideas de los demás y otra es tolerar la lactosa.

Es muy complicado la verdad.

piramide

 


Archivado en: Placeres de la vida: comer y beber Tagged: intolerancia a los alimentos, somos lo que comemos, vida sana
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