Revista Cocina
Hace años que conozco esta verdura, pero desde hace un tiempo es más fácil encontrarla en el mercado, eso unido a que empiezo a aborrecer la coliflor (con lo que me gustaba) ya que ahora está disponible todo el año, dan como resultado que se cuele cada día con más asiduidad en mi cocina, y no solo para comerla cocida con unas patatas, para elaborar otros platos en los que ella es la protagonista.
En el blog ya podéis encontrar una “Sopa de Romanescu” bien rica aunque con muchas más calorías que esta. Una “Quiche de Romanescu con pollo y manzana” que queda deliciosa y por ultimo una receta algo más ligera que las anteriores, un “Romanescu con vinagreta” que también queda muy bien.
La sopa de hoy es una receta ligera, si bien la podéis aligerar un poco más si la hacéis de un día para otro, porque se puede enfriar y quitar la grasa que quede en la superficie de esta manera tendréis una sopa con muy poquitas calorías. Además es una sopa muy sencilla de hacer.
Para hacerla necesitamos:
1 romanescu pequeño 1 zanahoria grande o dos medianas 1 cebolla pequeña 1 puerro 2 litros de caldo de ave (ya sabéis casero mejor) 3 cucharadas de aceite Sal, pimienta
En una cacerola pondremos el aceite a calentar, en el pochamos a fuego lento la cebolla y el puerro cortado en trocitos pequeños, cuando empiece a transparentar añadimos las zanahorias peladas y cortadas en rodajas finas y el romanescu en ramitos pequeños, salpimentamos, tapamos la cacerola y dejamos pochar todo junto unos minutos, pasado este tiempo añadimos el caldo y dejamos cocer hasta que la verdura esté tierna, rectificamos de sal y pimienta y servimos caliente.