Tipo de crítica: Novedad 2011
Título original: I am number four
Primer tomo de la saga Legados de Lorien
Clasificación: Novela fantástica
Nuestra edición: Molino, 2011, 17 €
Valoración: 4,5 sobre 5
El planeta Lorien ha sido destruido. Solo han sobrevivido nueve niños y sus tutores, que huyeron a la Tierra, el planeta más cercano, para esconderse entre los humanos y poder desarrollar sus legados con la esperanza de que algún día puedan regresar a su mundo y luchar contra los Mogadorianos. A pesar de que viven en secreto y aislados unos de otros, los Modagorianos los han estado buscando para matarlos. Ya han encontrado a Uno, Dos y Tres. John, el número Cuatro, es el siguiente. Cuando sus legados se desarrollen, ¿tendrá la fuerza para derrotar al enemigo?
Pittacus Lore nos ofrece un gran relato sobre extraterrestres que conviven entre nosotros desde hace años y que tienen poderes que ni siquiera podríamos imaginar; y crea un mundo donde las teorías de conspiración son en parte reales y las combina con cosas cotidianas. A pesar de sus 540 páginas, el libro no se me hizo pesado en ningún momento porque su ritmo es ágil y entretenido; tal vez esto ocurra porque en ocasiones el estilo del autor resulta un poco simplista, pero lo cierto es que cumple con su cometido a la perfección y, sobre todo, se agradece, dadas las muchas descripciones sobre el planeta Lorien o Paradise que encontramos a lo largo de la historia. La trama se maneja bien, sin moverse de forma demasiado rápida o demasiado lenta. La primera mitad de la historia introduce a los personajes y se centra en el desarrollo de los vínculos emocionales entre ellos; mientras que la segunda parte nos trae giros, acción y sorpresas lo suficientemente efectivas como para mantenernos intrigados hasta el desenlace del libro. El autor nos ofrece gran cantidad de información de fondo sobre Lorien y sus habitantes gracias a los flashbacks en forma de recuerdos que tiene John, algo de lo más interesante, dado que nos permite empatizar con su causa. El personaje de John es lo suficientemente maduro como para comprender el peso que lleva sobre sus hombros, pero no deja de ser un adolescente que debe lidiar también con las emociones del primer amor mientras trata de encajar en un lugar nuevo, con todos los errores que eso conlleva. Por otra parte, el vínculo que le une a Henri, su mentor y figura paterna, brilla a través de cada página, y su necesidad de justicia se hace más palpable a medida que vamos conociendo todo lo que han dejado atrás en el camino. La historia de amor se encuentra presente en prácticamente toda la obra, y si bien es importante, no supone el foco principal y eso se agradece. Los demás personajes secundarios, aunque algo estereotipados, son divertidos y van creciendo en carácter conforme la historia avanza. No perdáis de vista a Bernie Kozar, un beagle muy curioso que es toda una sorpresa.
En definitiva, Soy el número cuatro es una de las nuevas series juveniles más interesantes de las publicadas hoy en día. La base de la historia es muy buena y, sin duda, tengo curiosidad por ver hacia dónde llevará el autor el segundo libro. O quién se hará cargo de esta saga, puesto que el escritor original, Jobie Hughes, perdió todos sus derechos sobre la obra al firmar un contrato de co-autoría con James Frey. Seguramente el pobre Hughes no hizo algo que siempre nos recomiendan a todos: leer la letra pequeña antes de firmar nada.