Hoy estaba discuentiendo (de buen rollo, ¿eh?) con una chica que decía que había una gran diferencia entre los montadores que habían estudiado su profesión, y a los que ella llamaba “pegaplanos”. Según ella había mucho intrusismo profesional gracias a las nuevas tecnologías y a internet, que permitía a cualquiera creerse un gran director por tener una cámara o los medios para realizar cualquier tipo de trabajo audiovisual. No le quito la razón, pero yo comentaba que hay gente que tal vez no tenga los medios para estudiar montaje, o fotografía, o lo que sea, y que aun así, gracias a Internet o a los medios que tengan a su alcance, son capaces de crear cortometrajes, stop motion o lo que sea, con resultados más que dignos. Yo soy partidario de que hace más el que quiere que el que puede, con sus defectos pero también con sus dosis de ingenio e ilusión que, muchas veces, han perdido los que se dedican profesionalmente a esto.
Esas ganas de jugar, de ilusionar y de disfrutar me parecen importantes a la hora de hacer cualquier cosa, y vídeos como el que os traigo hoy son el claro ejemplo de que tienes que dejarte llevar e ir a por lo que quieras, y no quedarse sentado de brazos cruzados pensando: “es que no puede hacerse”, “no lo veo claro” o un “eso no se hace así”. También os digo que fue Cicerón el que se quejaba hace siglos de que ahora todo el mundo escribía libros. Pues igual.
Disfrutadlo.
Speed of Light