Fotografías: Ana Zanoletty
La Sala X lo ha conseguido de nuevo traer a otro talento de los que no salen en la televisión y dejar encantado al público. Con cinco fechas en nuestro país, la neoyorkina tuvo como bien comenzar en nuestra ciudad acompañada de Jane Herships.
Annie viene de Au Revoir Simone, trío de Synth-pop con aires que apareció en dos episodios de la última temporada de Twin Peaks. Algún fan de la serie se rasga ahora las vestiduras por no haberse enterado con tiempo, otros fans olvidaron por completo esta conexión una vez hubo empezado el concierto. Pero antes había otra sorpresa, Jane Herships, es decir, Spider, nos traía una guitarra y su voz para un breve recital en el que no sobró un segundo. Hasta los más recelosos quedaron gratamente sorprendidos del Dream-folk de la cantautora de Brooklyn, nada que ver con Stranger of Love by Teachers or Police. Aunque fue interesante esta incursión en la electrónica industrial, aquella noche no hacía falta ningún instrumento eléctrico o electrónico.
Annie Hart vino a presentarnos su álbum Impossible Accomplice, ocho temas para sintetizador y poco más que puedes escuchar sólo en su Bandcamp o en cinta. Entre la faceta etérea de Brian Eno con los instrumentos y ritmos de Stereolab, y mucho de sí misa; “ya sea melancolía, ansia, alegría o deseo, no hay mayor manera de explicar mi mundo más interior que juntar palabras y entrar en lo intuitivo y visceral que un sonido pueda evocar”. Ante tales declaraciones, no era de extrañar que toda esta sensibilidad se evidenciara en su rostro, sus movimientos y puesta en escena, en todos y cada uno de sus temas, los muy electrónicamente marcados en ritmo, y otros en los que su voz se dejaba ver más. La autora de la superpegadiza “I Don’t Want Your Love” no dio lugar a ningún tema de Au Revoir Simone, y tan así fue la actuación que poco se echó en falta.
Ambas actuaciones de complementaron perfectamente, así como las colaboraciones esporádicas de Jane con Annie. De lo acústico a lo electrónico, las neoyorquinas dejaron claro que menos es más si se trata con precisión, con gusto y con profesionalidad, de ahí que no dejaron lugar a lo insustancial.
La Sala X lo ha conseguido de nuevo, como decíamos al principio, y Sevilla va enterándose de que este es el lugar para sorprenderse por la calidad y la variedad de los artistas que se suben a su escenario, unos casi anónimos, otros más que consagrados, otros míticos. Sigamos siendo más que posibles cómplices de noches de miércoles como esta.