Revista Cultura y Ocio
Durante años pude ver cómo construía su muro. Con cada sueño perdido sumaba hiladas que erguían la pared a su alrededor. Una traición, otra hilada. El cerco la protegía. Ella comprendía que se marginaba, pero prefería la oscuridad y la reclusión, al dolor que le causaba enfrentarse con la vida. Hoy, mi mano penetró a través de un hueco en el muro y, aferrando su corazón, la arrastré de este lado. Supongo que a veces no hay suficientes piedras.
© Sergio Cossa 2012
N. del A.: La última frase fue extraída de la película Forrest Gump.
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