Revista Cine
Media hora para tomar una decisión. Media hora aderezada con diversos ingredientes que habrán pesado lo suyo. Media hora observando por la calle con el pretexto de unas compras. Viendo el movimiento de un barrio medio pero céntrico de una gran ciudad europea en medio de una mañana benévola de invierno. Arrastrando los prejuicios educativos anclados. Sorprendido por mujeres conduciendo motocicletas de alta cilindrada. Por hombres musculados, barbudos, enfundados en ropa de motorista macarra y que tienen gestos completamente afeminados. Viendo abuelos arrepentidos de haber dejado que fueran sus nietos quienes eligieran la montura de sus nuevas gafas, aquella lejana mañana en que se hicieron cargo de ellos. Comprobando como el repentino aluvión de librerías de segunda mano acaba reciclándose en almacenes de vaivén para novelas románticas cuyas lectoras puede que ya hayan olvidado que aquella que se llevan en una bolsa, todas contentas, la leyeron ya apenas hace unas semanas. Viendo como todas las tiendas que ahora venden cartuchos de tóner para impresoras eran las que hace unos meses vendían cigarrillos electrónicas. Especulando en qué venderán de aquí o unos meses, llegando a la conclusión de que pronto se unirán al ejército de tiendas de alimentación que se aprovechan de la confusa legislación para pasarse abiertas todos los días. Pensando en el cartel que leo cada cierto tiempo : "Mini-Supermarket". Pensando en Twitter y cómo se lleva algunos de mis mejores flashes. Sin vuelta atrás. Elucubrando sobre la diferencia entre reseñista, crítico y prescriptor. Pensando que si fuera prescriptor (cosa que me suena muy farmacéutica) me ganaría muchos enemigos a base de definir el público idóneo para cada libro. Que me llamarían misógino, caprichoso, gerontófobo, clasista, radical, errático, incoherente y muchas cosas más. Reseñista suena industrial, como a producción. Crítico es perfecto. Tú haces y yo juzgo lo que tú haces. El gusto de despacharse a gusto. Ja. Decisión tomada: menos leer y más escribir. Decisión tomada porque empiezo a leer alguna cosa que pienso que yo haría mejor. Qué leches es la modestia cuando le pones a un blog tu nombre. Deberes: facilitarle mi contraseña a Alex Azkona para que mis párrafos en bloque (como este va a acabar siendo) no descorazonen a la gente. Deberes: publicar un post cada semana, entre viernes y domingo, explicando qué tal han ido las cosas. En lo político, en lo cultural, en lo deportivo. Porque echo de menos aquello de generar cierta expectación y porque ya está bien de reservar ciertas cosas para ciertos sitios. Si algo me encanta lo repetiré o lo cambiaré para adaptarlo. Cada post llevará un número, el del año y el de la semana, y una o dos palabras que lo definan. Sin pasarse.La semana que viene Y15W06. Las palabras ya las veremos.