Revista Cultura y Ocio

Surrealismo total

Publicado el 10 octubre 2017 por Icastico

Un cachondeo. Una locura. ¿O es maquiavélico a posta? Puigdemont se salta las leyes del Estado y se salta las que hace su gobierno de la Generalitat (“si gana el SI en 48 horas se proclamará la República Catalana”, no fue así) Lo que parece ser: pide al Parlament que suspenda la declaración de independencia, no la independencia. ¿Habrá que votar otra vez? Por otro lado, si quieren negociar tendrán que explicar qué es lo que quieren negociar. Para empezar, deberían aclarar qué legislación rige ahora en Cataluña, es una autonomía o una transitoriedad. La repanocha.

Dentro de la locura hubo un brote de cordura, aparentemente. Hay que verlo en positivo. Creo que ha sido un alivio momentáneo deseado, seamos sinceros. Había que frenar el tren. Hay que aprovechar la parada. A Puigdemont y Cía solo les queda que el PP la cague, cosa muy fácil: no sabe hablar, no sabe escuchar, o sea, el diálogo, ni está ni se le espera. Saben que el PP es de ‘disparo’ fácil, se calienta enseguida y sale a cargar. Entran como un elefante en la cacharrería, matan moscas a cañonazos. No ha sido tan mala decisión ese frenazo in extremis. No la peor. Ese kit kat, ese engendro de si pero no o independencia interruptus es un balón de oxígeno. Europa, el mundo, observará ahora la exasperante ineptitud de Rajoy y hasta es posible que Merkel le de un toque y le diga que se mueva. Tiempo en el que el Gobierno Central puede hacerlo tan mal que la causa independentista vuelva a sumar apoyos internacionales. Lo que quiere el procés. Es como si acabáramos de empezar. Unos son marrulleros y los otros de mono-neurona, mal asunto. Houston, tenemos un problema.


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