El autobús tardó doce horas. Ni una más, ni una menos. Doce horas contantes y sonantes arriba de ese transporte, desde Melbourne hasta Sydney. Mala idea, lo sabemos, pero una experiencia nueva en nuestro viaje. De eso se trata toda esta aventura que emprendimos hace casi dos años, de vivir de experiencias y esta es una más en nuestro largo recorrido.
El lunes 24 de noviembre a las 19:00 hs. dejamos la ciudad de Melbourne para seguir hacia el próximo destino en Australia, Sydney. Nos tomamos un autobús de la empresa Firefly Express. El valor del pasaje fue Au$ 60 cada uno. Lo habíamos reservado por teléfono desde Nueva Zelanda. A las 07:00 am del martes 25/11 llegamos a la ciudad más grande de Australia. En Sydney pasaríamos cinco hermosos días. Nos alojamos en la casa de Micaela, Deby y Juancito, amigos y compañeros de viaje por Nueva Zelanda, que nos brindaron la mejor cama de la pieza que están alquilando en zona de Bondi. Unos genios. Nos hicieron sentir como en casa todo el tiempo y siempre estuvieron preocupados por nuestra comodidad.
Desde el centro nos tomamos el autobús local numero 381 y nos bajamos a media cuadra de la casa de los chicos. En este caso tuvimos que comprar otra tarjeta prepaga llamada Opal, como lo habíamos hecho en Melbourne con la tarjeta prepaga Myki, para poder usar los transportes públicos de cada ciudad.
En veinte minutos ya estabámos instalados en la casa. Hicimos una siesta para recuperarnos del extenuante viaje y luego, con mejor color en nuestro rostro, salimos a conocer la maravillosa ciudad de Sydney.
Conociendo Sydney
Lo primero que hicimos fue ir a conocer el Opera House y el Harbour Bridge, los majestuosos iconos de la ciudad y porque no, de todo Australia, ubicados en la bahía de Sydney. Estuvimos recorriendo la zona de la Bahía y Circular Quay, hicimos muchas fotos, nos mezclamos entre los turistas y luego nos fuimos a comer algo. Compramos una bandeja de sushi y unas dedos de pescado frito en el supermercado Woolworths, la versión australiana del querido Countdown de Nueva Zelanda y fuimos a comer al Hyde Park, un parque muy pero muy lindo ubicado en la Elizabeth St, muy cerca del Royal Botanic Garden. Precisamente este último fue el lugar donde decidimos pasar la tarde y ver el atardecer. Desde estos jardines hay una muy buena vista del Opera House y del Harbour Bridge que es imperdible. Nos quedamos a ver como el sol se escondía detrás de los edificios, iluminando con sus últimos rayos la ciudad, filtrándose entre los rascacielos y brindando una vista de postal de toda la bahía.
El segundo día fuimos a la playa. Y si, hacia casi 10 días que estábamos en Australia y seguíamos blanquitos. Nos pusimos las bermudas y la bikini, armamos la mochila, las cámaras, el flota flota y salimos para Bondi Beach, la playa mas popular de Sydney, donde pasamos toda la mañana. Una playa muy linda de aproximadamente un kilómetro de extensión. Buenas olas para los surfers y un buen ambiente en general. Algo para destacar es la limpieza de esta playa y de todas las playas de Australia, pero me quiero quedar con Bondi Beach, que si bien es la más concurrida de todo Sydney por la cercanía con el centro y porque es un icono de la ciudad, no vas a encontrar un solo papel tirado en la arena. Otra cosa que nos llamó la atención es la gran piscina a orillas del mar donde las olas rompen dentro de la misma. Un espectáculo alucinante.
Cuando ya estabamos rojo tomate por el sol, decidimos salir a caminar por el famoso sendero costero que nos llevó desde Bondi Beach hasta Coogee Beach, una caminata de aproximadamente una hora, con unas vista fabulosa del mar y los acantilados. Este es un paseo imperdible. Pasamos por Tamarama Beach, una playa chiquita pero muy linda donde hicimos un descanso para meternos al mar. Luego seguimos por la playa de Bronte. También pasamos por un cementerio ubicado justo en el medio del camino, el cementerio de Weverly. Que moderno gorda, un cementerio con vista al mar. El lugar es increíble. A orillas del mar, con esculturas rotas, cuervos sobrevolando las tumbas, y un silencio ensordecedor, digno de una película de terror. Al final llegamos a la tan deseada Coogee Beach. Estuvimos un rato en la playa y nos volvimos a Tamarama a pasar el resto de la tarde. Tamarama Beach fue la playa que mas nos gustó de Sydney. Si bien es pequeña y parece estar aislada del mundo, es un lugar donde podes pasar un buen rato tranquilo, con baños, duchas, BBQ gratis, y relajarte escuchando nada más que el sonido de las olas, que por cierto, son bravísimas. Ideal para los surfers más atrevidos.
A Tamarama Beach volvimos con nuestros amigos el fin de semana donde hicimos una BBQ y disfrutamos de un esplendido día de charlas, arena, sol y mar.
Tour gratuito por Sydney
Uno de los días que estuvimos en Sydney decidimos hacer un Tour por la ciudad. Para esto fuimos con unos chicos que te llevan a pasear por todo Sydney, con un recorrido por los lugares más importantes, y que dura aproximadamente dos horas y media. Fue algo asombroso, porque además de conocer en profundidad toda la ciudad, aprendimos de la rica historia de Sydney que nos cautivó. Anduvimos por el centro financiero, la calle Martin Place, el Queen Victoria Bulding, la Sydeny Tower Eye, entre muchos otros sitios de interés, terminando en el antiguo barrio The Rooks, uno de los mejores lugares de Sydney, donde todavía se conserva el casco antiguo e histórico de la ciudad. Además la chica que nos dio el Tour tenía mucha onda y la pasamos muy bien. Estos chicos son generalmente estudiantes universitarios que realizan estos trabajos de guías a donación y con la plata que reciben se van costeando sus estudios. También había un Tour de este mismo estilo en Melbourne. Si pueden hacerlo en las dos ciudades, se los recomendamos 100%. No se van a arrepentir.
También estuvimos en el barrio Chino de Sydney, y como no podía faltar, nos hicimos una escapada hasta el Lentil as Anything a comer, el que esta ubicado en el barrio de Newton donde pagas lo que vos querés y/o podes. Ya hablamos al respecto sobre el Lentil as Anithing en el relato de .
Para finalizar, el sábado a la noche salimos con los chicos. Fuimos hasta la zona de Darling Harbour donde pudimos disfrutar de los fuegos artificiales, un espectáculo gratuito que brinda la ciudad todos los sábados a las 21 horas. Luego caminamos por la costanera donde de un lado había yates de lujo impresionantes y del otro los restaurantes mas caros de Sydney. Volvimos temprano a la casa porque al otro día teníamos que tomar un vuelo a las 7 de la mañana.
Y ese fue nuestro paso por esta hermosa ciudad de Sydney. Fueron sólo cinco días, pero los disfrutamos a más no poder. Muchas gracias a Mica, Deby y Juan por brindarnos alojamiento y por compartir tantos lindos momentos juntos, como las exquisitas milanesas con pure que se preparo Mica una noche.
Nuestro viaje seguiría por la Gold Coast, pero eso lo dejamos para otro relato.
Nos leemos.
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