Revista Cultura y Ocio

Taipéi. Tao Lin

Por Mientrasleo @MientrasleoS

Taipéi. Tao Lin

     "- Qué -dijo Paul a un volumen normal.
     - Nada -dijo Michelle, que seguía sonriendo un poco.
     - ¿Por qué sonríes?
     - Por nada.
     - ¿Qué te ha hecho sonreír?
     - Nada. La vida, nada más. La situación."
     Tao Lin es uno de esos nombres que han entrado fuerte en las letras. Con tres novelas publicadas, y habiendo leído Richard Yates y Robar en Ammerican Apparel, estaba claro que tenía que seguir con la última. Aunque sólo fuera para terminar de decidir lo que pienso de sus letras. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual Taipéi.
     Conocemos a Paul, un joven veinteañero, escritor, que vive en Nueva York alejado de su familia y raíces asiáticas. En realidad no le importa demasiado, como casi nadie que lo rodea. Lo acompañamos en sus relaciones, y también en la ausencia de ellas, en su relación con su entorno, en sus pensamientos y divagaciones sobre el amor y vivimos sus adicciones. Está esperando comenzar su gira, pero eso tampoco le interesa demasiado.
     Siempre me hizo gracia cuando alguien me decía que no tenía claro si algo le había gustado. Hasta que me tropecé con Tao Lin. Este joven, con sus letras incómodas y sus miradas certeras a algunas de esas cosas que no queremos ver, me atrae irremediablemente a su obra. Aunque no me guste lo que me dice igual que no nos gusta oír en voz alta esas verdades que sabemos en nuestro fuero interno. Y un claro ejemplo es el protagonista de Taipéi. Tao Lin utiliza un estilo desprovisto de emociones, tal vez porque según él mismo su aprendizaje se produjo en las redes y, por mucho que nos empeñemos, las redes son la forma más impersonal que tenemos de socializarnos. Y así lo percibimos en cada frase, en cada párrafo construido justo con ese propósito (para muestra la presentación que nos hace de quienes van asomando en su vida "nombre, edad"). Paul puede relacionarse con un grupo de gente afín a él, puede ir a fiestas, observar, enamorarse... incluso se droga o consume alcohol. Pero a él lo que le interesa, su verdadera adicción, es la tecnología. No le importa no moverse de casa, necesita no relacionarse de forma física y no tiene ningún problema en admitirlo siempre y cuando tenga un enchufe al que conectarse.
     Es difícil contar lo que sucede en un libro en el que el protagonista parece empecinado en que no le suceda nada y el autor opina exactamente igual. Y es difícil explicar la conexión y el fastidio que podemos llegar a sentir con Paul, esa necesidad de seguir leyendo para ver si lo atropella el metro o si finalmente madura y comienza a moverse. Paul se casa con Erin, y pensaréis que entonces sí que suceden cosas, porque decide ir a Taipéi y las drogas reaparecen, pero no, no tenemos la impresión de que le suceda nada importante o de que, como decía al comienzo, le importe nada de lo que hay a su alrededor.
     Lo que más sorprende es la apatía del protagonista, la del autor, y los rasgos que podemos reconocer de toda una generación en esas palabras medidas, asépticas, indiferentes. Y nos revolvemos incómodos. Pero no podemos parar de leer. Porque es condenadamente bueno. Así que volveré a leer a Tao Lin.
     Y vosotros, ¿hay personajes que os caen mal y aún así os ganaron la partida en sus novelas?
     Gracias

Volver a la Portada de Logo Paperblog