Revista Cultura y Ocio
No hay forma de salir indemne de una frase cortante salvo si afilas la palabra hasta que ni ella de sí se escape, ni lo que balbucea, tampoco el eco que en lo roto cruje; pero su luz sí:la llama interna que vacila en mi taller de alquimia del nacer sin qué.El hielo de la voz a la deriva naufraga mansamente y abre, al ponerse del sol lento, un cauce conla sangre, que nos deja en carne viva.Fulge el astro del fin con brillo talque todo se resuelve ya en canción.