Revista Cultura y Ocio

Talión. Santiago Díaz

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Talión. Santiago Díaz
     "Cruzo un puente sobre el río Urumea y salgo de Hernani en dirección a Zarautz pasadas las ocho y media de la tarde. Me duele la cabeza y sufro un incómodo cosquilleo que sube desde el tobillo hasta la cadera y que amenaza con desconectar para siempre las terminaciones nerviosas de mi pierna izquierda, pero creo que aguantaré, ya queda poco. Tomo un desvío para incorporarme a la AP-8 y me encuentro con un control de la Ertzaintza. Dos motos están atravesadas en la calzada y los dos policías empiezan a darme el alto cuando yo todavía estoy a más de cien metros. Saco mi pistola del bolso, le quito el seguro y la escondo debajo de mi pierna derecha. No entra dentro de mis planes matar a dos hombres inocentes que solo hacen su trabajo, pero llegados a este punto tampoco puedo permitir que me detengan".
     En mi búsqueda incansable de la novela del verano, le tocó el turno a este libro que parece haber llegado a las librerías con mucho ímpetu. Hoy traigo a mi estantería personal, Talión.
     Conocemos a Marta Aguilera, una periodista respetada en su trabajo que viene sufriendo dolores de cabeza y mareos. Decide ir al médico y se lleva una desagradable noticia: tiene un tumor cerebral en un estadío avanzado y le quedan un par de meses de vida. Masticando esta noticia, sin familia y con pocos amigos y ninguno demasiado cercano se enfrenta a la pregunta, ¿qué voy a hacer con lo que me queda de vida? El azar quiere que su último caso como profesional sea entrevistar a un joven, a todas luces culpable, acusado de violar y asesinar a una niña. La justicia lo ha puesto en la calle, pero ella no tiene nada que perder.
   
     En un momento en el que la sociedad pide justicia más allá de las salas y los jueces, Santiago Díaz aparece con un thriller que habla de la posibilidad de tomarse la justicia por tu mano y el dilema moral que eso puede representar, o no, cuando solo se hace contra verdaderos malvados sin posibilidad de error en los actos que cometieron. Construye de este modo una novela estructurada en partes diferenciadas que vienen nombradas por el dueto víctima y malvado, para contarnos la historia de Aguilera, una de las dos grandes protagonistas de esta historia.
Aguilera es una mujer desarraigada, sin familia, que sabe que va a morir y tiene que enfrentarse a sus últimas decisiones. Las primeras las comprendemos todos: dejar su empleo y gastarse todo el dinero que tiene. A partir de este momento, comienzan los juicios morales entre escritor, protagonista y lector. Si Marta tiene algo claro que es que no va a morir de su enfermedad en una lenta y dolorosa agonía, así que decide que cuando llegue el momento, se suicidará antes de verse postrada en una cama esperando la muerte. ¿La entendemos? Sí, aunque eso no significa que compartamos su opinión. Lo siguiente es pensar en el paso de la vida, el significado de la propia en el mundo y la fugacidad. Y ahí, mientras el autor nos hace dudar sobre si esta decisión es fruto de su conciencia o de su enfermedad, Marta se convierte en una justiciera. Porque no la viste de heroina o antihéroe, no, es una simple justiciera que decide dejar este mundo un poco mejor antes de morir. Y para ello el autor nos va desgranando la historia de cada víctima junto a su verdugo y deja que seamos nosotros quienes decidimos.
     He dicho que no viste de héroe a nadie en esta novela, y así es. Marta es un personaje que se va desvelando complejo, haciendo dudar al lector sobre su posible bondad o maldad, preguntándose si mata efectivamente para limpiar al mundo y si eso la convierte en la buena o la mala. De hecho, la policía le sigue la pista. Y ahí esta el otro gran personaje de esta novela, la inspectora Daniela Gutierrez, una mujer que, pese a haber sido golpeada por el terrorismo, confía en su trabajo y en la ley. Y también la encargada de buscar a ese asesino que se toma la justicia por su mano. Una búsqueda, y para mi ese ha sido el gran acierto de la novela, que se va poco a poco centrando en Marta, mostrando así la validez de la policía. Es la cara contraria de Aguilera, Daniela es la víctima que busca al verdugo de este ojo por ojo y demuestra con su trabajo la validez policial y también que no todas las víctimas son iguales. De hecho es el personaje que más me ha gustado de toda la novela, y me ha parecido muy interesante su propio drama personal con su hijo Sergio.
     El autor ha procurado dejar la labor del juicio moral al lector pero, y sobre todo al final del libro, inclina levemente la balanza hacia uno de los lados. Supongo que era imposible dejar de hacerlo, a fin de cuentas, esto es ficción. Para todo lo demás están juicios y jurados.
     Así pues Talión juega a lo que ya hiciera en su día Dexter, personaje al que se cita en la novela, y construye una historia entretenida que nos lleva sin mayores sobresaltos a un final satisfactorio. De ahí a afirmar que estamos ante la novela del verano... creo que no, seguiré buscando.
     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
     Gracias.


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