La opción destituyente que con tanto entusiasmo alimentan las derechas vernáculas y el imperialismo requiere la preparación de un clima ideológico favorable al derrocamiento de las autoridades legítimamente constituidas en gobiernos de izquierda o simplemente "progresistas", con todas las ambigüedades que conlleva este término. En ese sentido estas últimas semanas del año nos han obsequiado con dos muy didácticas perlitas. Una, a mediados de Noviembre, en un reportajeconcedido a la revista brasileña Veja, Bartolomé Mitre, director del tradicional periódico porteño La Nación que en su primera edición (4 Enero 1870) se propuso ser “una tribuna de doctrina” dijo que el gobierno de Cristina Kirchner era "una dictadura con votos".
Poco después, y para comprobar la rápida diseminación del virus antidemocrático en el Río de la Plata, el Arzobispo de Montevideo, Nicolás Domingo Cotugno Fanizzi, declaró que dijo que si no se acepta la objeción de conciencia institucional ante la ley que legaliza la práctica de abortos, se corre el riesgo de caer en “una dictadura de la democracia”. Hasta hace poco tiempo los ataques a la democracia -inclusive a estas que tenemos que, en realidad, son más bien plutocracias que democracias dado el enorme poderío que en ellas tienen la riqueza y los grandes capitales- era solapado y apenas se murmuraba en los cenáculos más reaccionarios. Hoy se manifiesta a viva voz y a plena luz del día. Síntomas de que el mundo está cambiando y que lo que antes parecía imposible: un ataque frontal en contra de nuestras débiles democracias y la instauración de una nueva variedad de golpismo (“soft”, “institucional” o como se lo quiera llamar) ha dejado de ser una posibilidad remota, o meramente especulativa, y se encuentra entre las opciones del sistema. De la mano de este retroceso ideológico se encuentran las 76 bases militares que Estados Unidos, por las dudas, ha instalado en la región. Como decimos en nuestro más reciente libro: América Latina en la Geopolítica del Imperialismo. esas bases llegaron para "exportar la democracia" estilo americano. Como hicieron en Irak, Afganistán, Pakistán, Honduras. Por lo tanto: ¡alerta máxima y a extremar la vigilancia!