Tantris es la primera cita internacional de este blog gastronómico. La elección no es casual, dado que ya en la primera de mis dos visitas a este clásico de la alta gastronomía en la ciudad de Munich, pude sentir que estaba en un lugar con una magia especial.
No solamente por la extraordinaria calidad de la cocina dirigida desde 1991 por Hans Haas (dos estrellas Michelín), sino por el acogedor espacio, la cuidada selección de vinos y el servicio sobresaliente por parte de los camareros y del somelier.
El lugar
“Exótico” y “diferente” son los calificativos que definen el proyecto arquitectónico y decorativo de este restaurante construído en 1971 en un área industrial de la capital bávara y renovado en el año 2002. Y esos dos apelativos se adaptan a la perfección a lo que hoy es Tantris, un lugar donde evadirse, sentirse fuera del mundanal ruido y dejarse llevar por cada una de las sensaciones que aguardan entre los muros de este restaurante.
No en vano el término Tantris proviene de los círculos culturales budistas de la India. Según ellos, todo gira en torno al disfrute de la vida, a la síntesis entre lo espiritual y lo material. La busqueda de la perfección, que es precisamente lo que busca Tantris desde la arquitectura hasta la cocina, somelier y servicio: ser un restaurante que inspire todos los sentidos.
El menú
Además de la oferta “a la carta”, hay una amplia variedad de menús que varían a diario según los productos más frescos y de mayor calidad que se hayan encontrado ese día en el mercado, y que van desde un menú “ejecutivo” de 3 platos al mediodía hasta una degustación de 5 platos, aunque es recomendable decantarse por el menú gourmet de 8 platos para vivir la auténtica experiencia Tantris.
Además, se ofrece un muy destacado maridaje de vinos por 80 euros más.
Quiero compartir con vosotros dos de los momentos más destacados de mis dos visitas a Tantris (2007 y 2009):
En primer lugar, un plato con diversidad de presentaciones de pequeñas porciones de salmón. Cada una de los bocados era una explosión de sabores, de sensaciones y texturas sorprendentes. Tras muchos años de experiencias gastronómicas del más alto nivel por todos los rincones del mundo, me atrevo a afirmar que es el plato más emocionante que jamás haya probado. Y con emocionante me refiero precisamente a eso, a la capacidad que tuvo ese plato de producir en mí emociones y sensaciones únicas.
Y en segundo lugar, el vino “Braida” de Giacomo Bologna. Un Brachetto D´Acqui italiano extremadamente aromático y afrutado muy apropiado como aperitivo o para acompañar los postres. La intensidad de su sabor, su frescura, y su peculiaridad hacen que haya sido uno de los vinos más destacados para maridar con el chocolate. Fue una sorpresa de tal magnitud que desde entonces nunca falta en mi bodega.
Tantris cuenta en la actualidad con dos estrellas Michelín y permanece año tras año en la lista del Top 100 de restaurantes a nivel mundial, renovándose y actualizándose permanentemente y erigiéndose como un lugar de visita obligada para todos aquellos amantes de la buena mesa que pasen por esta ciudad alemana.
Por mi parte, ya estoy deseando encontrar la oportunidad de volver una vez más.