Revista Cocina

Tapas en Santander. El lujo de sus pinchos

Por Amoras
Santander es de esas ciudades donde merece la pena hacer una escapada rápida. Es bonita, tranquila y muy amigable. Pero es que además, en lo que se refiere a gastronomía, es top. Top por sus restaurantes y sus múltiples Estrellas Michelín en la zona y también por sus bares y sus pinchos; así es Santander de tapas:
El ambiente es de 10, los autóctonos son muy echados a los bares y suele a haber gente en todos. El tapeo es tipo vasco pero bastante más barato. La media del pincho están entre los 2-3 euros y las bebidas son muy económicas. Con barras muy bien vestidas, también se estila mucho la anchoa y las tortillas rellenas. La zona gastro está en el centro, Puerto Chico y los alrededores de la plaza Cañadio, En Puerto Chico en la calle Peña Herbosa y en la zona de Cañadio en la propia plaza, en las calles Daoiz y Velarde, Hernán Cortes y calle de Enmedio. Aunque nosotros comenzamos nuestra ruta fuera de esa zona, en uno de los locales que se consideran imprescindibles: Casa Lita (Paseo Pereda 37). Uno de los bares más famosos de la ciudad, varios años recomendado en la Michelín y un gran sitio de tapeo. Con una barra llena de pinchos que no tiene nada que envidiar a los famosos bares de Donosti. Una barra inmensa llena hasta reventar de tapas, tantas que es difícil elegir, al final pedimos un pincho de pastel de centollo con dos Coca-Colas por 7 euros, el pincho a 2,60€
Tapas en Santander. El lujo de sus pinchos
Continuamos hacía Peña Herbosa para visitar Solorzano, si eres amante del vermú anótalo también como imprescindible; un bar curioso en decoración y fabuloso como vermuteria. Disponen de 120 marcas, imposible conocerlas todas... déjate aconsejar. Si vas de tradicional el de allí se llama Solera pero también te pueden preparar uno de la casa, con Averna (un amaro siciliano que es una especie de licor de hierbas amargo). Con mucho hielo y sifón está espectacular. Como de allí íbamos al Restaurante Sorbal no pedimos nada de comer pero lo típico son las rabas y los caracolillos.
Tapas en Santander. El lujo de sus pinchos
Por la noche cambiamos de lado y nos fuimos hacía Cañadio:
- Lanchoa: todos los pinchos son de anchoa, los tienes desde 1,6€ el de anchoa con aceite. También dispone de mesas a la entrada en para comer relajadamente. Una Coca-Cola con un Verdejo con pincho de anchoa y anchoas con gulas y alioli por 7,90€. En el local venden latas y botes para llevar a un precio bastante buenos. Nosotros, que somos amantes de este producto, lo meteríamos en la lista de bares que no te puedes perder.
Tapas en Santander. El lujo de sus pinchos
- Casa Ajero: Otro de los clásicos, la barra no es tan espectacular pero tiene variedades muy elaboradas y una buena variedad de tortillas. Dos vinos con un bocatin de calamares que no destacaba, algo duro el pan y muy frío por 5,3€, los vinos a 1,6.
Tapas en Santander. El lujo de sus pinchos
- Mesón Rampalay: Aquí te encontrarás muy buen servicio, bastantes tipos de pinchos, tortillas y raciones y medias. Nosotros nos decantamos por media de rabas, ya que aún no las habíamos catado. Estaban tiernísimas y las acompañamos con dos Verdejos. La media de rabas por 3,5 y cada vino por solo 1,35€... barato barato.
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- La Casa el Indiano: se encuentra dentro del Mercado del Este. Lo visitamos un domingo noche por lo que estaba algo desangelado y frío. El servicio no destaca y es algo más caro que otros bares de la zona. Pero eso si, nos pedimos un espectacular pincho de chuletón muy muy rico. Cuesta 5 euros pero es de lujo. Con una Coke y un agua, todo por 8,10€
Tapas en Santander. El lujo de sus pinchos
- El Diluvio, el último de la noche. Nos acercamos para tomar una tortilla ya que nos faltaba tomar una en nuestra ruta. Este local es especialista en pinchos de tortillas con muchas cosas y lo visitamos sobre las 22:30. Al ser domingo ya estaba la barra muy vacía. Nos tomamos una tortilla normal que estaba como su nombre con dos ruedas por 4,7€ (tortilla por 1,5€)
Tapas en Santander. El lujo de sus pinchos
Salimos de allí intentando completar la ruta pero estaba todo muy vacío, ni rastro de pinchos y muchos sitios medio cerrando. Nos acercamos a la calle de Enmedio sobre las 11 y en La Cátedra, uno de los famosos, ya casi no quedaban pinchos.Tampoco en la Ramonoteca que era otro de los recomendados, así que de allí al hotel con la panza llena y contentos de nuestra escapada a una ciudad que os invitamos a visitar sin dudar.

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