El arándano rojo o cranberry es una variedad de baya que crece en arbustos pequeños. Por sus propiedades constituye una botica en sí mismo.
Contiene vitamina C y es muy rico en antioxidantes. Protege contra las infecciones de la mucosa intestinal. Al contener flavonoides y polifenoles favorece la salud del corazón y de los vasos sanguíneos.
Beber néctar de arándanos o comer sus frutos (son un poco ácidos, por lo que se añaden a dulces, cremas yogures, magdalenas...) reduce el riesgo de infección de las vías urinarias.
Por consejo de mi amiga Emi, yo tomo en el desayuno un puñado de frutos deshidratados. Se pueden incorporar también a las ensaladas y como acompañamiento en forma de salsa para las carnes.
Esta tarta que hoy os presento puede hacerse con otros frutos secos. Yo decidí utilizar los pistachos y los arándanos, pero también está deliciosa con uvas pasas y ralladura de naranja.
Para 8 personas:
- 1 lámina de pasta brisa
- 200 g de chocolate negro intenso Nestlé Postres
- 200 mL de nata
- 3 cucharadas soperas de arándanos deshidratados
- 3 cucharadas de pistachos
- 50 g de azúcar glas
- 50 g de mantequilla en pomada
Se coloca la masa brisa en un molde redondo, presionando bien la pasta en las paredes. Se pincha con un tenedor, se añaden unos garbanzos para que hagan de peso y la masa no suba y se hornea en blanco (sin relleno) durante 10-15 minutos en el horno, con calor arriba y abajo a 180ºC.
Mientras tanto, ponemos en un cazo la nata, el azúcar, el chocolate troceado y lo mantenemos a fuego bajo, hasta que se derrita el chocolate. Se retira del fuego, se incorpora la mantequilla, los arándanos y los pistachos picados y se mezcla con una espátula.
Se vierte la mezcla sobre la masa brisa horneada y se deja enfriar. Se mete en la nevera durante 1 hora. Se sirve decorada con pistachos y arándanos.