Me encanta la crema de limón y la preparo con cierta frecuencia. Ya publiqué hace tiempo la receta de la Lemon Curd (pincha aquí)que utilizo en esta tarta y que de nuevo os voy a explicar.
Esta deliciosa tarta es apta para los que adoran los sabores ácidos. El merengue italiano que cubre la superficie suaviza la acidez y le da una textura aérea maravilllosa.
Perdonad el trozo tan feo que os he puesto, pero preparé la tarta para la comida de Navidad y tras la foto de la tarta casi entera, después de repartir éste fue el único trozo que quedó antes de la zampa... jajaja.
Para 12 personas:
- Para la crema de limón o lemon curd
- 4 limones y su ralladura
- 225 g de mantequilla
- 4 huevos
- 300 g de azúcar
- 1 cucharada de postre de maizena (harina de maíz)
- 1 paquete de masa brisa o masa quebrada
- 4 claras de huevo
- 225 g de azúcar
- 2 cucharaditas de maizena (harina de maíz) para que no se baje el merengue
Comenzamos con la crema de limón. Yo la hago incluso la víspera para que tenga más cuerpo.
En una cacerola se pone a derretir la mantequilla, se incorpora el azúcar y el zumo y la ralladura de los 4 limones, removiendo el conjunto.
Se baten los huevos en un bol y se añade la cucharada de maizena, en frío, para que se disuelva bien en los huevos batidos.
Se pasa la mezcla de huevos y maizena sobre la cacerola al fuego (no muy alto) y se bate con varillas. Se remueve durante 8-10 minutos, sin parar. En el momento en que hierva, entonces espesa. Se deja un minuto de reposo fuera del fuego. Se vierte en frascos de cristal y se deja enfriar.
Se precalienta el horno con calor arriba y abajo a 200ºC.
Se desenrolla la masa, se cubre un molde redondo con ella, se llena de garbanzos para que hagan peso y la tarta no se abombe y se hornea 15 minutos, aproximadamente.
Se deja enfriar un poco y se añade la crema de limón, extendiéndola bien con una espátula.
Se prepara el merengue italiano. Se baten las claras a punto de nieve. Cuando estén un poco duras se espolvorea el azúcar glaçe y la maizena y se siguen batiendo hasta que salgan picos y el merengue esté hecho.
Se vierte el merengue sobre la crema de limón, con manga pastelera si se prefiere o, como yo he hecho, extendiendo con la espátula haciendo un dibujo de picos para que quede más rústico.
Se quema con soplete o se introduce en el horno caliente hasta que se dore la superficie. Se toma templada o bien fría, al gusto.