Revista Cocina
Único bien que me otorgó la suertefue en tu regazo ver la luz primera,sentirme de tu mar en la riberacasi cegado por tu luz al verte.
Comienzo de una poesía dedicada a Málaga, de mi admirado y genial poeta y escritor malagueño D. ARTURO REYES (Málaga, 29 de septiembre de 1864 - íd., 17 de junio de 1913)
Hay quien ha escrito sobre ella: Málaga, una ciudad majestuosa como pocas y singular como muchas otras.
¿Qué malagueño no sentimos por nuestra tierra lo que el genial poeta malagueño ya escribía a principios del siglo XX….?
Ser malagueña e intentar mirar Málaga sintiéndome una turista más, un domingo cualquiera…descubrir sus calles, estrechas y umbrías, donde la brisa fresca apacigua ése sol que derrama sus rayos de luz sobre la radiante ciudad, cuyos rincones, en cada paso, nos regalan los secretos guardados de historias ya casi olvidadas.
Una Málaga que se extiende a los pies del magnífico Castillo de Gibralfaro, arropada por la majestuisidad de La Alcazaba, iluminada y guiada por La Farola; ésta bella ciudad fenicia, romana, morisca…la increíble Málaga.
En ella reina la tranquilidad de sus parques, de sus plazas…interrumpida por el bullicio alegre de sus calles más comerciales, qué decir de ésa preciosa calle Larios; tranquilidad acompasada por el maravilloso sonido de los acordes de una orquesta junto a la casa natal de Picasso o por el retumbar de los tambores y trompetas de una procesión camino a su imponente catedral a quienes los malagueños llamamos La Manquita.
Silencios rotos por el ir y venir de la gente mientras hacen paradas a capricho entre sus bares de tapas…la gastronomía y los vinos malagueños, placeres para los sentidos en un ambiente acogedor y alegre, el ir de tapeo, o a desayunar tejeringos, a degustar los caldos en las antiguas tabernas acompañados con marisquitos e incluso merendar en las tradicionales pastelerías una taza de un buen café ¿un sombra, una nube, un cortado, un corto, un mitad, sólo, semicorto, semilargo?…..o quizás un chocolate; tradiciones que contagia en cada momento a quien pasea por sus calles.
Por su clima, su puerto, la mar….y por su arte, no sólo en sus museos. Porque no hay que dejar atrás que Málaga es sinónimo de arte, cuna de artistas; arte de sus paisajes, en sus monumentos, arte en la calle llenas de luz y alegría.
Un paseo mañanero por Málaga, disfrutando de su sol, de sus paisajes costumbristas que me animan a soñar, escuchando plácidamente la música de las orquestas callejeras….. para posteriormente llegar a Mi cocina y en ella seguir disfrutando al cocinar su lado, su perfil más malagueño.
Porque como dicen algunos eslóganes, Málaga se come y el sabor a Málaga está presente en Mi cocina…..mi cocina, aunque no sean recetas tradicionales malagueñas, sabe a Málaga….
Al día de hoy, existen 423 entradas en el blog, en las que “Carmen Rosa” comparte la tradición y los pasos de mis mayores con quienes visitan éste rincón malagueño. ¿Se animan a conocerlas? (PINCHAR EN ESTE ENLACE)
Aunque hoy, les propongo preparar un delicioso postre….algo dulce, a la vez atrevido, ya que he combinado la clásica tarta de queso al horno con ésas cerezas en aguardiente (anis) que esperan ser disfrutadas, pacientemente en la alacena de mi cocina. (Pinchando AQUI pueden ver como las preparo)
Si no tienen pasas o cerezas en aguardiente…pueden sustituirlas por pasas dejándolas macerar durante una o dos horas en cualquier licor: vino moscatel, ron, anis, etc. De hecho, ésta tarta no es la primera vez que la preparo, es mi preferida, no llegando a publicarla en el blog debido a la mala calidad de las fotos realizadas. En ésta ocasión, me he animado a pesar de que no son de mi total agrado.
¿Cómo lo hice? Una vez más siguiendo los pasos (aunque no fielmente la receta) de uno de mis libros preferidos, 500 pasteles de Susannah Blake.
Ingredientes para un molde (desmontable) de unos 20 cmts.aproximadamente (en las fotos podrán comprobar que con éstas cantidades, usé dos moldes más pequeños, preparando en vez de una tarta, dos):
150 grms. de galletas (tipo Maria), cinco cucharadas soperas de mantequilla (a temperatura ambiente), cinco cucharadas de leche entera, una tarrina de queso crema (especial para untar, se pueden encontrar en cualquier supermercado), 120 ml.de crema de leche (uso Nestlé), 120 grm.de azúcar, una cucharada sopera de Maicena, una docena de cerezas (deshuesadas y partidas en trozos), una cucharada pequeña del aguardiente y dos huevos.
Los pasos a seguir:
Precalentar el horno a 180º C.
Forrar la base del molde con papel de hornear y engrasar con mantequilla los laterales.
Moler las galletas de forma que quede con la textura lo más fina posible.
En un cuenco echar las galletas molidas, las cucharadas de leche y la mantequilla, mezclar bien de forma que quede la masa homogénea.
Echarla en el molde presionando la base (en ésta ocasión, también la puse por los laterales).
En otro cuenco echar el queso crema, el azúcar, la cucharadita de anis y la maicena removiendo hasta que la mezcla esté cremosa.
Incorporar, sin dejar de batir, los huevos. Una vez que éstos estén bien mezclados, agregar los trozos de cerezas.
Verter la mezcla dentro del molde y hornear durante 45 minutos, hasta comprobar que la tarta de queso haya cuajado.
Retirarla del horno, dejar que se enfrie a temperatura ambiente y dejarla en el frigorifico al menos durante tres o cuatro horas (personalmente la prefiero de un día para otro).
A la hora de servir, sacarla unos quince minutos antes….
¡¡ Buen provecho!! Y recuerden: Si tienen oportunidad, sigan mi consejo, conozcan y disfruten de Málaga.