Mezclamos las galletas trituradas y la mantequilla, presionando con el reverso de una cuchara de madera hasta que se mezclen bien. Las colocamos en la base del molde aplastandolas con algo plano. Ponemos el queso crema y el azúcar glass en un bol y mezclamos con cuidado removiendo con ayuda de unas varillas. Derretimos el chocolate en el microondas o al baño maría, vertemos un cuarto del chocolate en un tazón, añadir el aceite y reservar manteniendolo caliente. Si se tiene microondas, se puede recalentar 20 segundos antes de que vaya a usarse; si no, cubrir con un paño húmedo y dejar en algún lugar caliente. Ahora añadir una cucharada grande de la mezcla de queso al bol con el chocolate restante y remover hasta que se mezclen bien. Añadir otra cucharada de la mezcla de queso y revolver. Seguir añadiendo la mezcla de queso, cucharada a cucharada, y mezclar muy bien hasta obtener una mezcla homogénea y suave, e incorporar todo el queso. Vertemos esta mezcla sobre la base de galletas y usamos la parte posterior de una cuchara grande para alisar la superficie. Presionamos hacia abajo para que no queden huecos.
Enfriamos la tarta en la nevera 20 minutos, o en el congelador 10 minutos,hasta que la parte superior del chocolate se endurezca un poco, pero no del todo; se debe notar un poco pegajosa. Unos 5 minutos antes de que la tarta esté hecha, derretir el chocolate blanco y asegurarse de que el chocolate con leche del tazón aún esté liquido. Sacar la tarta de queso de la nevera y verter el chocolate con leche por encima, repartiéndolo bien para cubrirla completamente. Para que la superficie quede mas lisa, sostener la tarta e inclinarla a un lado y a troto, dejando resbalar el chocolate para que la cubra bien. Después rociar con chocolate blanco formando lineas paralelas con una separación de unos 2 cm. Lo mejor es usar una manga pastelera con una boquilla pequeña. A continuación, tomar un palillo y pasarlo de izquierda a derecha sobre la superficie de la tarta, describiendo lineas paralelas perpendicularmente a las lineas de chocolate blanco, con una separación de 2 cm. Volver a hacer lo mismo de derecha a izquierda, trazando lineas en medio de las que se acaban de hacer. Esto se debe hacer rápidamente, para que las rayas de chocolate blanco sigan estando liquidas. Dejar reposar la tarta en un lugar fresco unas 2 horas. Si se quiere servir la tarta enseguida, pasar un cuchillo por el borde del molde y extraerla con cuidado. Servir en porciones rociadas con crema de leche.