Revista Cocina
En principio yo también leo. Pero, por lo general, siempre se interpone algo. Y si puedo elegir, al final prefiero dar un largo paseo o preparar una tarta de melocotón, y el maravilloso olor de esa mezcla de harina, mantequilla, vainilla, huevos, fruta y nata que inunda la casa es lo que aviva mi imaginación y me hace soñar.
Así reza una parte del capítulo I del libro La sonrisa de las mujeres, de Nicolas Barreau, una novela que leí hace un tiempo y que me dejó con muy buen sabor de boca. Aurélie, la protagonista, se refugia una tarde, más triste que nunca, en una librería y en un libro. Arrebujada en sus páginas, Aurélie reencuentra la sonrisa que creía haber perdido para siempre...y muchas cosas más. Si, como a mi, os gustan las comedias románticas con final feliz, esta novela, mezcla entre Cyrano de Bergerac, Chocolat y Contra el viento del norte, os va a encantar.
Aurélie es dueña de un restaurante así que podéis imaginar que las referencias culinarias son extensas. Yo me he decidido por la tarta de melocotón mencionada arriba pero me he tomado la licencia de prepararla fría. Además, he querido darle forma de corazón por aquello de que es una novela romántica y, sinceramente, ha quedado espectacular.
Espero que, como en años anteriores con mi flan al aroma de vainilla y mis natillas caseras, a mis amigas de La Cocina Typical Spanish les guste la propuesta que les traigo este año con motivo de su iniciativa para este mes #entrelibrosandaelguisoTS, en la que debíamos cocinar un plato que hubiéramos visto en un libro que hubiéramos leído. ¡Vamos con ella!
Ingredientes: 250 g queso quark (sabor melocotón); 190 g leche; 250 g yogur griego; 140 g azúcar; 7 hojas gelatina; 100 g mantequilla; 25 g pasitas; 25 g nueces pecanas; 200 g galletas Digestive de chocolate; 1 lata melocotones en almíbar.
Preparación: Picar las galletas en el robot. Picar las pasitas y las nueces y unir a las galletas picadas. Fundir la mantequilla 30 segundos en el microondas y unir a las galletas mezclando bien. Poner esta masa en el fondo del molde elegido (el mío con forma de corazón), repartiendo y aplastando bien con una espátula. Dejar el molde en la nevera mientras preparamos la tarta.
En el bol de la amasadora batir el queso quark junto con el azúcar y el yogur hasta obtener una crema. Mientras, poner a remojar las hojas de gelatina en agua fría durante 10 minutos.
Calentar la leche sin llegar a hervir. Añadir la gelatina blandita y batir con la batidora bien para que no queden trocitos y la gelatina esté completamente disuelta en la leche. Añadir a la crema anterior y seguir batiendo.
Sacar el molde de la nevera y volcar la crema de queso por encima repartiendo bien por todo el molde. Dejar enfriar en la nevera durante 24 horas.
Cortar los melocotones escurrido es daditos y decorar la tarta, una vez desmoldada, poniéndolos por encima. ¡Riquísima!
Pues con esta receta tan vistosa participo de nuevo en la iniciativa que más me gusta, #entrelibrosandaelguisoTS, y voy a ver que lista de libros y recetas me hago con las propuestas de mis compis.
A propósito de sonrisas os dejo con mi cita favorita...
Nunca dejes de sonreir ni siquiera cuando estés triste,porque nunca sabes quien se puede enamorar de tu sonrisa
(Gabriel García Márquez)
Así reza una parte del capítulo I del libro La sonrisa de las mujeres, de Nicolas Barreau, una novela que leí hace un tiempo y que me dejó con muy buen sabor de boca. Aurélie, la protagonista, se refugia una tarde, más triste que nunca, en una librería y en un libro. Arrebujada en sus páginas, Aurélie reencuentra la sonrisa que creía haber perdido para siempre...y muchas cosas más. Si, como a mi, os gustan las comedias románticas con final feliz, esta novela, mezcla entre Cyrano de Bergerac, Chocolat y Contra el viento del norte, os va a encantar.
Aurélie es dueña de un restaurante así que podéis imaginar que las referencias culinarias son extensas. Yo me he decidido por la tarta de melocotón mencionada arriba pero me he tomado la licencia de prepararla fría. Además, he querido darle forma de corazón por aquello de que es una novela romántica y, sinceramente, ha quedado espectacular.
Espero que, como en años anteriores con mi flan al aroma de vainilla y mis natillas caseras, a mis amigas de La Cocina Typical Spanish les guste la propuesta que les traigo este año con motivo de su iniciativa para este mes #entrelibrosandaelguisoTS, en la que debíamos cocinar un plato que hubiéramos visto en un libro que hubiéramos leído. ¡Vamos con ella!
Ingredientes: 250 g queso quark (sabor melocotón); 190 g leche; 250 g yogur griego; 140 g azúcar; 7 hojas gelatina; 100 g mantequilla; 25 g pasitas; 25 g nueces pecanas; 200 g galletas Digestive de chocolate; 1 lata melocotones en almíbar.
Preparación: Picar las galletas en el robot. Picar las pasitas y las nueces y unir a las galletas picadas. Fundir la mantequilla 30 segundos en el microondas y unir a las galletas mezclando bien. Poner esta masa en el fondo del molde elegido (el mío con forma de corazón), repartiendo y aplastando bien con una espátula. Dejar el molde en la nevera mientras preparamos la tarta.
En el bol de la amasadora batir el queso quark junto con el azúcar y el yogur hasta obtener una crema. Mientras, poner a remojar las hojas de gelatina en agua fría durante 10 minutos.
Calentar la leche sin llegar a hervir. Añadir la gelatina blandita y batir con la batidora bien para que no queden trocitos y la gelatina esté completamente disuelta en la leche. Añadir a la crema anterior y seguir batiendo.
Sacar el molde de la nevera y volcar la crema de queso por encima repartiendo bien por todo el molde. Dejar enfriar en la nevera durante 24 horas.
Cortar los melocotones escurrido es daditos y decorar la tarta, una vez desmoldada, poniéndolos por encima. ¡Riquísima!
Pues con esta receta tan vistosa participo de nuevo en la iniciativa que más me gusta, #entrelibrosandaelguisoTS, y voy a ver que lista de libros y recetas me hago con las propuestas de mis compis.
A propósito de sonrisas os dejo con mi cita favorita...
Nunca dejes de sonreir ni siquiera cuando estés triste,porque nunca sabes quien se puede enamorar de tu sonrisa
(Gabriel García Márquez)