Hoy es el turno de una receta de aprovechamiento en forma de tartaletas saladas. No he sido muy original, pero fue la mejor manera que se me ocurrió para aprovechar media tarrina de queso de untar y medio paquete de tomates cherry que empezaban a arrugarse peligrosamente dentro la nevera.
Es una receta tan simple, que no la pensaba publicar en el blog. Consiste en una sencilla tarta de queso salada con una base de tartaletas de mantequilla. Dos elaboraciones que en casa siempre son un éxito. No es la primera vez que os digo que adoramos cualquier tipo de masa sablée y que nos encantan las tartas de queso en cualquiera de sus versiones. Siempre triunfan. Así que, ¿qué mejor manera tenía de dar salida a esos tomatitos?
Como os digo, no preparé estas tartitas con la intención de postearlas, pero quedaron tan ricas, que no pude dejar pasar la ocasión de fotografiarlas para enseñároslas a través de este espacio.
No os descubro nada, pero si tenéis rodando por el frigorífico unos cuantos tomates cherry, espero que os acordéis de mis tartaletas antes de que sea demasiado tarde. Veréis qué tartitas tan buenas.
Tartaletas de queso y tomatitos cherry:
- Para la masa:
- 100g de mantequilla fría y cortada en cubos
- 240g de harina, tamizada
- 1 huevo L
- una pizca de sal
- 2 huevos
- 30g de nata espesa
- sal
- pimienta
- 140g de queso crema
- 9 tomatitos cherry (cortados en mitades)
- Mezclamos la mantequilla con la harina y la sal hasta formar unas migas. Incorporamos el huevo y mezclamos hasta obtener una bola.
- Cubrimos la masa con papel film y la dejamos reposar en el frigorífico durante, al menos, 30 minutos.
- Engrasamos 6 moldes desmontables de tartaletas y cubrimos con la masa cada uno de ellos. Los introducimos en la nevera durante unos 15 minutos más.
- Precalentamos el horno a 170ºC.
- Batimos los huevos con la nata y salpimentamos. Añadimos el queso crema y batimos muy bien hasta que no quede ningún grumo.
- Vertemos la mezcla sobre la masa enfriada y colocamos tres medios tomatitos sobre cada una. Horneamos 25 minutos a 170ºC, o hasta que observemos que la superficie está ligeramente dorada y la mezcla cuajada. Dejamos enfriar sobre una rejilla y consumimos a temperatura ambiente.