Revista Cocina

Tartaletas de surimi

Por Carmenrosa @MicocinaCR

TARTALETAS DE SURIMI
¿Nos paramos a pensar cuánto tiempo pasamos en la cocina?
Más allá de que guste o no guste cocinar, que sintamos pasión por la gastronomía, que cocinen habitualmente o que la usen como un espacio de “paso” en casa, pienso que ése rincón, ésa habitación debe resultar un lugar cálido, alegre y a ser posible ordenado; hay un dicho: El orden, llama al orden y para mi, a mi modo y a mi estilo es indispensable tener mi cocina organizada y en ella, la despensa y el frigorífico ya que es la parte fundamental a la hora de cocinar, cada producto, cada tarro, cada ingrediente, cada cosa tiene su lugar.  
Esto me ayuda a controlar ése “fondo de armario”, los productos básicos que no suelen faltar en Mi cocina.
No suelo congelar nunca pescado ni mariscos, en el cajón de mariscos, exceptuando algún pulpo, siempre tengo una socorrida caja de hermosos langostinos y una caja de surimi, no uso ninguna otra marca que no sea Krissia, no me regalan, ni me pagan nada por indicar la marca, que conste, es cuestión de gustos, me gusta su calidad y me merece toda la confianza.
Hay que tener en cuenta que el surimi, o como solemos llamarlos “palitos de cangrejo” lo fabrican utilizando las especies de pescado más abundantes, de escasa salida comercial o bajo costo, y los restos procedentes del proceso de fileteado. Las especies más utilizadas son abadejo de Alaska, platija, corvina, morena de Japón, hoki (de Nueva Zelanda), bacalao, caballa, merluza, etc.La elaboración del surimi es muy compleja, según he podido leer, los pescados se limpian y lavan varias veces para eliminar escamas, piel, vísceras, sangre e impurezas, y así obtener el músculo limpio, al que posteriormente se elimina el agua. Se obtiene así un gel o pasta (el surimi) que se mezcla con azúcares, sal y fosfatos que permiten que la carne procesada no pierda sus propiedades de gelificación y no se deteriore durante su congelación y almacenamiento. El surimi, de color blanco y con apenas sabor y olor, el color naranja del exterior, imitando la carne de cangrejo, se consigue a través del extracto de pimentón.
Así que creo que la calidad del surimi depende de la especie y parte del pescado empleado, de su frescura y su producción…por lo que es preferible quizás pagar un poco más a la hora de consumir “cierta calidad” en éste tipo de productos.
Por cierto, la palabra “surimi” es un término japonés que significa “músculo de pescado picado”; ya habrán imaginado que es un producto alimenticio originario del Japón, un proceso desarrollado hace aproximadamente unos 1000 años, que en aquel entonces lo hacían lógicamente de forma artesanal, a partir de la carne desmenuzada de pescado. Así conseguían dar salida comercial a pescados que no se consumían y aumentar su período de conservación. En los años 70 Japón vió crecer la producción de surimi, que se expandió a Europa una década después, cuando se comenzó a utilizar como materia prima para elaborar sucedáneos de marisco.
En mi despensa es un básico sobre todo para las ensaladas, sushis e incluso aperitivos.   En ésta ocasión, fueron la base de éstas tartaletas.
¿Cómo las hice?
Preparar una mayonesa:
En el vaso de la minipimer poner un huevo, una pizca de sal y aceite de oliva virgen, dándole a máxima potencia hasta conseguir la consistencia deseada.
Las tartaletas, las compro ya preparadas, se encuentran en cualquier supermercado.
Para preparar el relleno:
6 palitos de surimi, 3 cucharadas soperas de mayonesa, una cucharada sopera de kechup, una cucharada de coñac, huevas de mújol, anchoas, alcaparras, un pelín de sal y perejil….
Mezclar en la batidora la mayonesa, el surimi, el kétchup, el huevo cocido y el brandy, hasta conseguir la consistencia deseada y reservar.

Rellenar con esta mezcla las tartaletas y decorar con un poquito de huevas de mújol, anchoas, alcaparras o con cualquier producto que gusten: mejillones, langostinos…. Dejen volar la imaginación y disfruten.

TARTALETAS DE SURIMI

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