Los tártaros siempre cargan con las culpas de todo lo que parezca salvaje, crudo o poco delicado. De ahí viene el nombre de steak tartare, que no es sino carne de vaca o buey condimentada y cruda cortada a cuchillo.
Como están muy de moda los pescados crudos con la fiebre japo que sufren todos los foodies, he decidido colgar esta receta para así seguir las tendencias... jajaja. Bueno, el caso es que ya lo había preparado en otras ocasiones, pero no había puesto la foto. Ahora, con estos calores apetecen platos fríos y descomplicados, así que, elegid un buen pescado fresco, congeladlo para evitar el temido anisakis y tras una descongelación, meted un buen cuchillo afilado y a "tartarear".
Para 3 personas:
- 300 g de salmón fresco
- 1/2 cebolleta o cebolla
- el zumo de 1 limón (o 2 limas)
- 1 aguacate
- 3 cucharadas soperas de aceite de oliva
- 1 cucharada de cilantro picado
- 1 huevo cocido (para la decoración)
- semillas de sésamo
- sal y pimienta
Tras la descongelación del salmón, se le quitan piel y espinas y se corta en dados pequeños con un cuchillo muy afilado, como en la foto.
Se adereza con sal y pimienta, con el aceite de oliva y con el zumo de medio limón. Se añade el cilantro lavado y picado, se remueve bien y se introduce en la nevera, tapado con un papel film.
Se corta el aguacate por la mitad, se corta también en dados pequeños, junto con la cebolleta y se mezcla todo, añadiendo un poco de zumo de limón para que el aguacate no se oscurezca.
Se emplata con un aro, poniendo primero un poco del salmón picado y macerado. A continuación se pone el aguacate con la cebolla:
Se acaba con otra capa de salmón picado y se decora espolvoreando con el huevo duro muy picado y las semillas de sésamo.