Estamos en plena temporada de fresas, en casa nos gustan mucho, especialmente a Silvia, así que aprovechando que las tenemos a un precio estupendo, he preparado una buena remesa de mermelada, la preferida en casa, y de paso, una tarta rápida, rustica, sin complicaciones ni demasiado perfeccionamiento, también tiene su encanto, perfecta para culminar una comida familiar.
He utilizado una masa de hojaldre congelada pero podéis ponerle una masa quebrada casera que también le ira muy bien, esto ya a gusto de cada uno y también en función del tiempo del que dispongamos.
La crema pastelera ha sido sustituida por unas natillas espesas y para rematarla unas cuantas fresas y un almíbar también de fresas. El resultado lo tenéis a la vista, bonita y casera, una tarta deliciosa hecha en un momento con ingredientes cotidianos.
Además esta es una receta doble, porque al mismo tiempo hice mermelada.
INGREDIENTES:
1 masa de hojaldre congelado
1 paquete de preparado para natillas caseras Mandarín de Dr.Oetker
1 k de fresas + otros 500 g
800 gr de azúcar para la mermelada
750 ml de leche
4 cucharadas de azúcar
PREPARACIÓN:
Colocar la lamina de hojaldre sobre un molde bajo engrasado, colocarle legumbres encima para que no suba y hornear unos 15-20 minutos a 180º. Dejar enfriar y desmoldar.
De los 750 ml de leche separar un vaso, poner el resto a calentar con las 4 cucharadas de azúcar. En el vaso que hemos reservado disolver los dos sobres de preparado para natillas caseras Mandarín, cuando la leche este en ebullición agregarle el contenido del vaso y remover sin cesar hasta que espese. Retirar del fuego y deja enfriar tapada con papel de film pegado a la crema para que no se le haga costra. Puedes meterlo al frigorífico.
Ahora aprovechamos para hacer mermelada de fresa: en una cacerola ponemos las fresas limpias y cortadas junto a los 800 gr de azúcar, a los 5 minutos de estar en el fuego veremos cómo las fresas empiezan a flotar sobre el líquido que han soltado. Las fresas tienen mucha agua y lo que hago cuando pasan los 5 primeros minutos es retirar parte de este liquido, que es un estupendo almíbar de fresas y continuar con la cocción de la mermelada, para que de esta forma no quede muy liquida, el almíbar cuando se enfría toma consistencia y podemos aprovecharlo como cobertura de tartas o como un estupendo sirope en otros postres, es delicioso.
Dejamos enfriar el almíbar, ahora tendremos los ingredientes de la tarta y nuestra mermelada en marcha, en este punto trituro las fresas, de esta forma coge consistencia y la dejo a fuego lento cociendo hasta que adquiera la densidad adecuada. Después envasaremos en frascos limpios, llenándolos hasta el borde, cerramos bien y le damos la vuelta a los frascos para que hagan el vacio, esta técnica es segura y más rápida que la cocción al baño maría, si los botes están bien cerrado conseguiremos el vacio perfecto, yo los dejo en esta posición de un día para otro, así se enfrían y al darles la vuelta veréis como la tapa esta ligeramente hacia adentro lo que significa que el proceso de hacer vacio es perfecto.
Montamos la tarta, colocamos la crema sobre el hojaldre, repartiendo bien, sobre ella colocamos los 500 g de fresas restantes cortados y rematamos con el almíbar de fresas.
Y ya tenemos nuestra tarta lista.
Una delicia y de una vez hemos hecho una tarta y mermelada, ¡dos por uno! ¿Qué os parece?
Pues aprovechar la temporada de fresa que ya queda poco.
BUENA SEMANA