Revista 100% Verde
Mis ojos han cambiado desde aquel día,
también mi corazón, mi alma y mi perspectiva.
El círculo se completa y se vacía,
como en mi sueño, el todo, la nada, la vida.
Ahora siento que floto a la deriva,
nunca fui dueña, lo descubrí con tu partida.
Cuan grande y difícil es la despedida,
tanto añoro tu mirada y tu alegría.
Dentro de mí siento tu caricia,
mi aliento, mi paz, para siempre Madre Mía.
LILA
TE AMO MAMÁ