Teatro de encuentros y encuentros para hacer teatro
Publicado en mayo 21, 2013 de ISA, Universidad de las ArtesPor: Laura Liz Gil Echenique
Una excelente respuesta solo puede conducirnos a un mejor cuestionamiento. Y esta vez una buena pregunta se mantuvo en el centro del debate que dio inicios al encuentro Traspasos Escénicos: ¿por qué y para qué hacer teatro? A las 2:00 p.m. en el Aula Magna de la Universidad de las Artes un grupo heterogéneo de personas interesadas en las prácticas culturales se reunió para establecer un diálogo con el Dr. Flavio Desgrages, director teatral y profesor del departamento de Artes Escénicas de la Universidad de Sao Paulo, Brasil.
Lo que comenzó como una conferencia sobre el Proyecto de Formación de Público organizado por el docente en Sao Paulo entre los años 2001 y 2004, terminó siendo un debate sobre la realidad teatral cubana y el teatro como un proceso cultural. Luego de la exposición sobre el desarrollo y resultados del proyecto, llevado a cabo por el conferencista, se abrió el intercambio a propósito de una serie de preguntas sobre las respuestas del público y la importancia de este para el desarrollo del teatro como práctica cultural, sin que por ello faltaran intervenciones orientadas más al campo de lo social. La importancia del elemento político en el arte latinoamericano y las distancias y puntos de cercanía entre el teatro de Sao Paulo y el nuestro, sentaron bases para el resto de la semana.
La necesidad de hallar un espacio de diálogo cultural salió a flote en cada una de las preguntas hechas a Desgrages, y en cada respuesta que, más que ofrecer una solución, se convertía en un abanico de opciones, y, por qué no, también de nuevas preguntas.
Una tarde de traspasos en la que el debate sobre el teatro se volvió, como el teatro mismo, un punto de encuentros de, como dijera el Dr. Dresgrages, posibilidades.
Dice un poema asiáticoque“un pañuelo para secar el sudor y limpiar las lágrimas… un pañuelo como un encuentro”, y esta vez podemos ver el teatro como la posibilidad de refrescar el sudor, de secar las lágrimas y de recordar lo que los tiempos actuales se empeñan en hacer olvidar: el teatro como el pañuelo, el pañuelo como el encuentro, el encuentro para hacer y por el cual hacer el teatro.