Tecnología autodestructiva

Hace un año os contaba con mucha ilusión cómo había resucitado mi viejo iPod mini de 2005 con una batería nueva. Había sido un pequeño logro contra la poco sostenible obsolescencia programada de Apple: "Si la batería no funciona lo normal es que compres uno nuevo" me decían en la tienda. Pues bien, me temo que traigo malas noticias.

Icono de error

Todo ocurrió el 26 de diciembre de 2011. Había estado usando el aparato sin problemas en el tren. De repente se apagó. No le di más importancia ya que supuse que no quedaba batería. Al llegar a casa me sorprendió que el reproductor no reaccionase al conectarlo a la corriente. Apareció aquello que temía, el icono del iPod triste. No sólo eso si no que también producía un ruido extraño y repetitivo que por lo visto indica un fallo en el disco duro.
Recurrí a la sabiduría de los foros de internet, pero en este caso resultó ser un fracaso total. Los usuarios que comentaban síntomas similares explicaban que no había solución. Algunos, desesperados, recurrían a medidas drásticas como tirarlo al suelo. ¿Funcionó? Por supuesto que no. De hecho los ruidos empeoraron y la pantalla no se volvió a encender.
Quiero pensar que el iPod murió de viejo y no por otras razones conspirativas. Una cosa tenía clara, no pensaba comprar un reproductor nuevo. En una tienda de segunda mano del barrio me topé con el modelo nano de 16GB de capacidad a un precio razonable. Decidí darle una nueva oportunidad y me lo llevé. De momento funciona bien, pero añoro a mi mini por diversas razones. Esperemos que este dure mucho mucho tiempo.