Revista Coaching

Tecnología y efectividad personal

Por Elgachupas

Tecnología y futuroHace unos días veía a David Allen en una entrevista sobre el futuro de la productividad, un vídeo publicado por Martin Welker de TheNextWeb (en inglés). En él, Allen hablaba precisamente del papel que juega la tecnología en la mejora de la productividad, y me hizo reflexionar sobre este tema tan interesante.

Cada vez está más claro el impacto que tendrá —que ya está teniendo— la tecnología en la configuración de los trabajos del futuro. La inteligencia artificial (IA) está extinguiendo perfiles que hace apenas unos años se pensaban intocables por la automatización. Lo que hace poco tiempo se consideraba sorprendente futuro del trabajo, cada vez resulta menos sorprendente y, quien más quien menos, a estas alturas casi todos ya tenemos bastante claro que el trabajo que hacemos hoy —mediados de 2017— podría desaparecer en los próximos años, o al menos verse profundamente transformado, hasta el punto de volverse irreconocible.

La pregunta que probablemente muchos trabajadores del conocimiento se estén haciendo en estos momentos es, suponiendo que continúen existiendo trabajos del conocimiento específicos para los humanos durante los próximos años —algo en lo que creo firmemente y que daría para otro post—, ¿cómo afectará la tecnología y el machine learning a la efectividad personal del futuro? ¿Surgirán nuevas herramientas que hagan innecesario utilizar metodologías de productividad personal como GTD®, o de efectividad personal como OPTIMA3®?

Es innegable que la tecnología está cambiando a pasos agigantados la manera en que hacemos las cosas, y que nos vuelve cada vez más eficientes en multitud de tareas cotidianas. En este sentido, estoy convencido de que, en algún momento, surgirá la inteligencia artificial necesaria para interactuar con nuestros sistemas GTD® de maneras que ahora ni nos podemos imaginar. Quizá —soñar es gratis—, llegará el momento en que podamos capturar las cosas que llaman nuestra atención simplemente con pensarlo, y que, en función de complejos algoritmos, un sistema de inteligencia artificial pueda aclarar el significado de algunas de las cosas capturadas automáticamente, creando en tiempo real recordatorios de lo que hay que hacer exactamente, agrupándolas en categorías adecuadas. Puede incluso que un sistema inteligente llegue a proponernos, utilizando geolocalización, IoT, información de nuestra agenda o datos de cuantificación de nuestra actividad física, qué acciones tienen más sentido considerar llevar a cabo en un momento dado, según el contexto, tiempo y energía que tengamos disponibles. Y aún mejor, puede que una parte significativa de lo que haya que hacer —comunicar, redactar documentos, analizar datos, etc.—, sea ejecutado de manera automatizada.

Sin embargo, en mi opinión, siempre habrá una parte de nuestro flujo de trabajo que resulte imposible automatizar de esta manera, por muy bien que nos «conozca» un algoritmo, por la sencilla razón de que nuestra percepción —por definición subjetiva— de la realidad cambia constantemente y, con ella, la atención que tiene sentido dedicar a cada cosa en cada momento.

Al final, la tecnología puede ayudarnos a hacer de manera más efectiva muchas de las cosas que tenemos que hacer. Y en el caso específico de GTD®, la tecnología puede llegar a un punto en el que incluso podamos «olvidarnos» de algunas partes de la definición de nuestro trabajo. Pero ninguna inteligencia externa, sea artificial o no, podrá tomar todas las decisiones por nosotros. Eso sería casi como decir que nuestros propósitos y valores, nuestras visiones, metas y objetivos… nuestra vida entera, es automatizable.

Si, la tecnología puede ayudarnos en el proceso de tomar cada vez mejores decisiones, pero no creo que llegue a sustituir nunca a dicho proceso. ¿Tú qué opinas?


Volver a la Portada de Logo Paperblog