Representación de un sistema exoplanetario.
(Fuente: nasa.gov)
Localizar exoplanetas es una tarea muy difícil, ya que las estrellas que orbitan están muy alejadas y su brillo es muy tenue, por lo tanto no nos puede mostrar sus planetas. Sin embargo, los científicos que participaron en este descubrimiento tuvieron un golpe de suerte bastante sorprendente. Justo cuando dirigieron el Hubble a ese punto del espacio, se estaba produciendo un fenómeno astronómico que incluso es difícil de presenciar con nuestro Sol. Se trata de un tránsito planetario, pero todavía más espectacular, un doble tránsito. Pero, ¿de qué se trata? Un tránsito es un fenómeno durante el cual un astro pasa por delante de otro más grande, bloqueando en cierta medida su visión. Algunos ejemplos de estos fenómenos son: los eclipses solares, lunares o el tránsito de Mercurio por delante de nuestra estrella.
Cuando el equipo de científicos, pertenecientes al Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE.UU) y la Universidad de Lieja (Bélgica), observaron el doble tránsito pudieron obtener numerosos datos de los planetas. Los científicos consiguieron demostrar que se trataba dos planetas rocosos muy similares a la Tierra. Tienen un tamaño casi igual al de nuestro hogar y una atmósfera parecida (de ahí el apodo de gemelos). Aunque tengan aspecto similar a la Tierra y sean candidatos a albergar vida, no significa que tenga vida, por lo tanto no debemos lanzar cohetes. Aunque nada es imposible. Si la tecnología sigue avanzando a estos pasos agigantados, pronto seremos capaces de ver la superficie de planetas que se encuentran a años luz y que ahora mismo solo somos capaces de observar, y no sin dificultades, sus atmósferas.