Revista Cocina

Tempus fugit

Por Adan

Estamos en época de congresos y ferias gastronómicas, donde los grandes demuestran sus últimas creaciones y los que admiramos tanto arte y éxito vamos a verlos, aplaudir y agradecer que nos muestren su maestría. Esas citas para un hostelero normal significan dedicar su día libre, o varios, tributar ese tiempo a cambio de una experiencia enriquecedora donde ver a compañeros y personalidades de la hostelería y gastronomía, incluso a famosos tragaldabas gourmet que se dicen así mismos “curiosos” y vienen dando explicaciones y opinando. Todo es poco para dar brillo y esplendor a la gastronomía patria, esa que no tiene complejo, esa de la que nos sentimos tan orgullosos e incluso algún valiente critica, constructivamente claro. Ese día con sus gastos son en la vida de un hostelero es una práctica cada vez menos habitual, claro que los compañeros que empiezan necesitan tanto o más esa información, ese contacto con más compañeros, pero los que llevan tiempo en esto, y dedican tiempo a redes sociales y mantenerse informado por otros medios, entre los que me incluyo, debemos de pensarnos mucho ese desembolso de tiempo y recursos, y en el lugar de propietarios que desatienden en cierta medida sus negocios, especialmente los fogones a cambio de una proyección entre comillas.RELOJ SARTEN
Hace poco leí al gran Quique Dacosta su intención de no asistir a congresos el año próximo, claro, me decía un compañero, ahora que lo tiene todo ya no quiere más… Y creo que es una decisión mucho más compleja, pero contradictoria, porque si bien alguien como Quique reconoce deber mucho de su formación y proyección gracias a este tipo de eventos, también a dedicado miles de horas y euros que, cada uno debe calcular si rindieron. Particularmente a mí no, actualmente no necesito como antaño comprar tantas revistas para estar un poco “al día”, es más, los años me han desengañado un poco conociendo de primera mano el negocio de la publicidad, publirreportajes, catas patrocinadas, etc.CORRE TIEMPO

Corren aires de renovación, la década pasada fue eso, una pasada, y la crisis nos ha recordado un poco del esfuerzo necesario día a día, de la constancia y el tesón, las plantillas se han reducido y aunque no lo parezca ya no vale tener una carta extensa de vinos carísimos para complacer al cliente que, cada vez exige más por su dinero, así que ir a casa del Chef Menganito y no dar con él es algo que no gusta nada, aunque sus empleados le digan que está en tal plató o en aquel congreso dando una clase magistral. Menos si es algo muy habitual.

RELOJ TENEDOR Y CUCHILLO

Cada uno a su manera, pero observo que cada vez sacamos menos los pies del tiesto, y es que la familia de un hostelero no le perdona esas faltas, y entre la familia añado a sus compañeros y clientes, que en cierta medida lo son. Al final el refranero siempre trabaja y ya sabemos qué dice de los pies fuera del tiesto, y que lo mucho cansa. Como dice mi amigo Samuel, “agacha la cabeza y estate en tu sembrao”.
Concluyo con mi reflexión, creo que el maestro es el que enseña, el que fue alumno debe trasmitir sus conocimientos, dejar que el karma fluya, pero entiendo la dificultad de medir y decidir, al fin y al cabo toda acción tiene una repercusión.
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