Simplicidad y abundancia son dos palabras muy populares en el mundo del desarrollo personal - un hecho curioso tomando en cuenta de que son palabras casi opuestas. La simplicidad se expresa en las cosas sencillas. Como minimalista me es fácil identificarme con este concepto: me gusta simplificar las cosas, concentrarme únicamente en lo necesario y deshacerme de lo superfluo. La simplicidad me permite el enfoque necesario para dar lo mejor de mi.
La abundancia, mientras tanto, hace referencia a grandes cantidades. Está conectado con los conceptos de prosperidad y riqueza por lo que se podría re-interpretar para que encaje con la idea de la simplicidad. Sin embargo, por ahora la quiero entender tal como es: la abundancia se expresa en la existencia de (mucho) más de lo estrictamente necesario - circunstancias que pueden generar estrés o creatividad, según la persona involucrada y la situación.
Simplicidad y abundancia en el día a día
El deseo de la simplicidad y la búsqueda de la abundancia pueden convivir perfectamente dentro de la misma persona. Me gusta tener el mínimo de distracciones cuando quiero concentrarme en mis escritos, pero en el momento de escribir una postal prefiero la abundancia de una caja repleta de tarjetas acumuladas durante meses y años. Eso sí, la caja tiene que tener una tapa para poder cerrarla en el momento que vuelva a hacer otra cosa.
Es muy probable que tú también tengas diferentes tendencias que cambian de acuerdo con la actividad del momento. Quizás te gusta la abundancia de ingredientes y opciones en la cocina, mientras prefieres la simplicidad de un número definido de prendas en tu armario (por lo que el Proyecto 333 te encanta). No existe opción mejor o peor, simplemente se trata de honrar las propias preferencias sin caer en la tentación de utilizar estos conceptos como excusas para no actuar.
¿Por qué te justificas?
Cuando empiezo a justificarme por alguna cosa es muy probable de que no estoy viviendo de acuerdo con mis propios valores. Si estuviera convencida de mis actos, no haría falta justificarme. Como la simplicidad y la abundancia son dos tendencias muy visuales (por el simple hecho de su impacto sobre tu entorno físico), es fácil caer en la tentación de aguantar el presente por pereza o miedo al cambio.
"Es que el caos me inspira", me dice la artista que hace meses se ha dedicado a mover sus herramientas de lado a lado sino crear ninguna pieza nueva.
"Es que necesito que todo esté despejado", me dice la escritora que se queda atascada por no poder anotar ideas nuevas porque no tiene ni boli ni papel a su alcance.
Si tu entorno actual no te facilita lo que tú quieres conseguir, quizás te estás limitando a ti misma - con demasiada simplicidad o demasiada abundancia. La clave está en encontrar tu propio equilibrio sin engañarte a ti misma.
PD: Cómo encaja el minimalismo con la abundancia?
¿Recuerdas la definición del minimalismo? El minimalismo una herramienta que te permite sacar lo superfluo de tu vida para poder enfocarte en lo que es más importante para ti. Significa que todo lo que te rodea tiene su razón de ser y ha sido seleccionado de forma consciente por su utilidad o por su belleza. Todo lo que te rodea añade valor a tu día a día.
Y esta es la respuesta: una minimalista tendrá todo aquel que utiliza y que añade valor a su día a día. Quizás esto significa que en tu casa tienes una biblioteca con las paredes llenas de libros, para inspirarte a ti y a tu familia y por los recuerdos y la tranquilidad que te transmite este lugar. Tal vez se manifiesta en una caja llena de recortes, telas, papeles y otras indumentarias de bricolaje para tus momentos creativos.
Así que mientras te sirve y/o te hace sentir bien, estás en buen camino. Cuando empieza a convertirse en una obligación, la abundancia se ha convertido en un lastre y es hora de cambiar algo.
¿En qué ámbitos necesitas la simplicidad? ¿Y la abundancia?
[Esta entrada es parte de una serie sobre tus tendencias personales que tendrás que tomar en cuenta si quieres crear una vida que se ajusta a tus necesidades y sueños. Es fácil caer en la tentación de copiar a tus ídolos y héroes sin asegurarte primero de que lo que ellos hacen encaja contigo. Mejor que conoces tus propias preferencias, más fácil te será adaptar lo que te sirve y descartar lo que no va contigo. ¿Te atreves?]