Revista Espiritualidad

¿Tener Disciplina? ¡Son rutinas! (2ª parte)

Por Antonio Parcela @AntonioParcela

 

¿Tener Disciplina? ¡Son rutinas! (2ª parte)

     Hace muchos pero que muchos años mi madre (aún sin tener yo motivación) me enseñó el hábito de bañarme cada día y por años me estuvo bañando hasta que, dialogando los dos, decidimos que el tener yo ya 7 añazos era suficiente para hacerlo sólo. Aún así, a pesar de haber estado experimentando la ducha durante años, mi madre me dio dos duchas-lecciones más enseñándome “cómo ducharse uno eficazmente”: primero te mojas todo el cuerpo, luego te enjabonas hombros y cuellos, luego los brazos… Recuerdo que había aprendido estas pautas con el ejemplo y que me duchaba muy bien, pero que tardaba 50 minutos el completar todos los pasos de la ducha.

      Ahora me ducho también de forma eficaz pero tardando mucho, pero que mucho, menos tiempo y lo que es más importante, hago de forma automática este proceso sin ser consciente del paso que estoy dando en cada momento. Muchas veces se que me he metido en la ducha y que he salido al rato bien duchado pero he realizado de forma no consciente cada uno de los pasos. Me ducho de forma automática con mi atención puesta en las noticias de la radio o en mis pensamientos, sueños y divagaciones.

    De forma automática también desayunamos, nos vestimos, conducimos, nos maquillamos o afeitamos, apagamos el fuego después de cocinar, cerramos el agua antes de salir de viaje, metemos los múltiples cargadores y analgésicos antes de emprender un viaje. Todas estas acciones las hacemos sin pensar, sin apenas darnos cuenta. Son rutinas.

Son rutinas pero todas necesarias de hacer durante el día.

     Daros cuenta que definimos a Rutina como aquella actividad que realizamos de forma regular y periódica.

     El Hábito es la acción de aprender o adquirir una nueva habilidad para poder conseguir interiorizarla como rutina.

Por ejemplo, si te has comprometido que quieres incorporar el ejercicio en tu vida y deseas salir a andar todos los días por lo menos media hora.

 

El cambio vendrá de tus rutinas.

El cambio vendrá por tus rutinas.

La motivación es lo que te hace empezar y desechar excusas para no empezar,

el hábito es obligarte todos los días a dejar las zapatillas delante de la puerta de la casa para recordarte que quieres salir a andar,

y la rutina es la repetición de este hábito de tal forma que a lo largo de un tiempo (los especialistas dicen que son necesarias tres semanas; los machacados 21 días para convertir un hábito en rutina) ya no será necesario que dejes al lado de tu puerta las deportivas porque ya habrás interiorizado esa acción de salir a andar de la misma manera que aprendiste de pequeño a lavarte las manos antes de comer o a lavarte los dientes tras cada comida.

Habrás comenzado creándote un nuevo hábito hasta convertirlo en rutina en las que harás las cosas instintivamente, sin razonarlas.

Sólo dejarás de hacer, algunas de, estas rutinas cuando estés de vacaciones o también nombrado como “salir de la rutina y, por tanto, descansad del automatismo diario”.

 Rutinas particulares que “tengo” que hacer en mi trabajo:

  • Imputar horas al terminar la semana,
  • Llamar a un cliente del Servicio Técnico para comprobar que está satisfecho con la nueva instalación de un producto que se le ha hecho,
  • Documentar una incidencia tras contactar con el afectado.

    Otras rutinas que pueden servir, y mucho, en tu trabajo:

  • Crear la rutina de revisar el buzón de correo únicamente 3 veces al día,
  • Dejar los correos de la bandeja de entrada clasificados,
  • Acostumbrarse de hacer la llamada o de escribir el correo de forma directa; ir al asunto en cuestión sin perder tiempo en asuntos secundarios o triviales.

→ Rutinas de mi vida no profesional:

  • Salir a correr al menos 4 días a la semana,
  • Revisar regularmente tuits de gente “Altamente productiva”,
  • Leer todos los días de un libro de ficción,
  • Cocinar para mañana,
  • Llamar a la familia

Conseguir mejorar en la productividad es incorporar nuevos hábitos, deshacerse de otros e integrarlos en tu vida hasta que se conviertan en rutina.

En el siguiente enlace podéis comprobar las rutinas diarias creadas por mentes brillantes en distintos estadios de nuestra historia y que, viendo los resultados de calidad que engendraron, puede que fueran hábitos o rutinas extravagantes pero al menos les hacía sentirse cómodos: desde el despertarse por la mañana con un disparo de Victor Hugo hasta el permanecer despierto en la cama Charles Darwin resolviendo problemas antes de dormirse.


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