Definirse una misma no es fácil.¿Alguna vez te sentiste incómoda intentando responder "de qué vivís"?
No porque tu trabajo tenga nada de que avergonzarse sino porque mientras vas pronunciando las palabras sentís que no te pertenecen. Como si definieran a alguien más pero no a vos misma.
Yo viví así por años. Diciendo en voz alta mi profesión pero pensando que en realidad quería ser bloguera y dedicar mis horas a escribir para una comunidad de blogueras y emprendoras que pudiera aprender de mí cómo escribir para transformar su pasión en un estilo de vida con la herramienta más poderosa a nuestro alcance: las palabras.
Hoy, cuando me preguntan, digo que soy bloguera y "copy-teller" y no te voy a mentir... me miran raro pero por primera vez siento que mis palabras realmente dicen quién soy.
¿Cuándo fue la última vez que tu voz y tu pensamiento tuvieron el mismo tono para hablar de trabajo?
Escribir un blog no es para mí "un trabajo" es una forma de expresión por la cual comparto lo que sé para que otras mujeres puedan encontrar su propia forma de expresar su talento. Y se siente bien decirlo en voz alta. Aunque muchos no entiendan nada de lo que digo.
¿Y de eso se vive?
Creo que es una de las preguntas que escuché con más frecuencia desde que empecé con la aventura desmesurada y todavía me causa extrañamiento ser yo quien responda:
- Sí. Se vive de eso.
Te confieso algo: durante mucho tiempo creí que ser bloguera profesional era para mujeres que tenían "la vida resuelta" (léae: que no necesitan trabajar para aportar a su familia) y podían dedicar su tiempo a escribir un blog. Si de esto obtenían ingresos constantes, mucho mejor pero si no... no importaba gran cosa.
¿Nunca pensaste lo mismo?
Es curioso como un prejuicio puede hacer tanta fuerza. Es curioso como una idea preconcebida puede mantenerte a raya de tu verdadero deseo de ser algo más que la respuesta mecánica que le das al mundo cuando te pregunta "de qué vivís".
Detrás de la parálisis que te impide ser lo que querés ser -sea lo que sea- siempre está el prejuicio que es una de las formas del miedo. Porque es más simple y tranquilizador tener un prejuicio que enfrentarte a lo que está detrás...
Pero un día te das cuenta que otras pueden y te preguntas ¿por qué yo no? Y claro. En cuestión de segundos aparecen las excusas sumamente racionales:
No tengo tiempo,No tengo nada importante que decir.No puedo publicar tanto como quisiera, tengo hijos chicos.No sé si puedo ganar plata con esto.
Algunas más sofisticadas que otras y tan convincentes que ni siquiera te permiten el privilegio de la duda. Simplemente descartás la idea pensando que es para otras, que pueden.
Bloguera profesional, madre, no-esposa, profesora y demás...
Te cuento algo. Por si caíste como paracaidista en La Desmesurada y no tenés ni idea quién es la que escribe estas palabras. No te preocupes, no voy a hacer confesiones vergonzosas, de hecho, ni siquiera tengo vergüenzas que confesar, hasta ese punto soy común y corriente.
Por si tenés alguna duda, soy una mujer de lo más regular. No tengo nada de extraordinario y para ser franca, soy bastante torpe y la tecnología no es una de mis fortalezas.
Tengo un hijo de seis años que es intenso que da miedo y va por la vida creyendo que es quién sabe cuál de los personajes de Marvel... Lo cierto es que el chiquito siempre está en movimiento y cree que mamá puede resolverlo todo mejor que nadie. Es más, es la única que puede resolver.
Tengo cierta facilidad para la palabra, es cierto pero no creo que escribir sea un don, creo que es un hábito que se cultiva. Mi día tiene 24hs, igual que el tuyo y si... lo digo en voz alta:
Soy bloguera profesional.
Transformé mi pasión por la enseñanza de las letras en un proyecto personal que tiene todas las señas de mi identidad. No tuve que inventarme ningún personaje y disfruto de lo que hago.Disfruto ayudar a otras blogueras y a emprendedoras creativas que escriben un blog y, por si te estabas preguntando esto -quizás es lo que más te interesa saber: gano dinero con eso.
Tampoco creas que fue fácil. No tuve apoyo de mi familia pero... encontré buenas amigas en el camino y hubo un momento que lo cambió todo: cuando decidí formarme para que esta historia fuera posible.
Lo sé. Te suena a que quiero venderte un curso. Y es verdad. ¿Por qué negártelo si esa fue la forma que elegí para darle tono profesional a mi blog? En mayo comienza mi Programa Bloguera Pro pero si no creyera que puede ser para vos el momento "que lo cambia todo" ni este post ni el Programa existirían.
Porque aunque te aturda con palabras algo en vos te diría que todo es pura postura. Que no es cierto. Porque esas cosas no se saben, se sienten.
A mí me pasa. Tengo reacciones intuitivas de conexión con algunas personas y con otras... mejor ni te cuento porque vos sabés de lo que te hablo. Y a veces, ni siquiera cruzaste ni media palabra y solo leíste un post. Como ahora.
Claro, antes de que vos misma digas en voz alta que sos una bloguera profesional, tenés que pasar por el test desmesurado de las Pro. No la carguen que es del barrio... decía mi abuela y ella se creía con derecho a inventar un test para blogueras profesionales.
Y sí. Si no me lo creo yo quién se lo va a creer (y eso también me lo decía mi abuela. Una señora curiosa ¿no?)
Test desmesurado para blogueras profesionales.
Tampoco creas que me inventé una app para el test. ¿Te conté que la tecnología y yo no hacemos buenas migas?
Soy rústica mi santa. Lo mío es el mundo de las palabras y los códigos me hacen ver estrellitas de colores a los tres minutos. Estoy segura que trabajar con el HTML de un blog por más de una hora te tiene que producir efectos alucinógenos. No puedo dar fe pero ya saldrán las voces que lo confirmen.
Por eso, te propongo que respondas cinco preguntas simples (o no tan simples...) para que determines si muy en el fondo de tu alma, sos una bloguera pro.
¿Empezamos?
1- ¿Cuándo fue la última vez que disfrutaste haciendo tu trabajo?
Si sos feliz haciendo lo que paga tus cuentas. Entonces no veo por qué cuestionarte. Salvo que quieras sumarle a ese trabajo que te apasiona un blog, para comunicarte con más personas, llevar tu talento más allá de fronteras y que el límite sea el de tus propias ganas.
2- ¿Ya escribiste o estás escribiendo un blog?
Si de algo tengo certeza es de que escribir un blog tiene un "no-sé-qué" que te atrapa y aunque en ocasiones hayas publicado más esporádicamente o hayas dejado de publicar, siempre estaba latente el deseo de volver a escribir.
3- ¿Te gusta comunciar lo que sabés y lo haría aunque no te pagaran por eso?
Elemental mi querida. Un blog es una herramienta de comunicación por lo tanto... el placer de comunicar tiene que preceder todo otro objetivo que quieras alcanzar.
El poder ganar dinero con un blog es una consecuencia no el origen de tu blog. Si empezás por ahí. Dejá de leer ya mismo y volvé a concentrarte en lo que estabas antes de empezar este post.
4- ¿Cómo te llevas con la crítica?
Porque por el simple hecho de "estarlo haciendo" vas a recibir críticas. Sí. Es más, si nadie tiene algo que decir que te hiera preocupate, es porque todavía no sos lo suficientemente visible como para provocar una respuesta.
Si no te llevás bien con la crítica y no vas a superar el trato con todo tipo de trolls de internet, entonces mejor, no pienses en ser pro.
5- ¿Qué tanto te gusta colaborar?
Creéme. Este camino es más simple y divertido cuando podés compartirlo con personas que sienten lo mismo que vos: que entienden lo que escribir un blog significa. Crear lazos de colaboración es una de las mejores decisiones que podés tomar cuando te embarcas en esto de ser bloguera pro.
Y ¿cómo te fue con el cuestionario? ¿Fuiste honesta contigo misma? Si realmente creés que pasás la prueba tengo una pregunta más para vos:
¿De verdad creés que podés hacerlo sin ayuda?
Veamos, si la respuesta es la que creo, es tu oportunidad de caminar acompañada. Va a ser un placer ir contigo. Y ya que estás decidida: Bienvenida. Clikeá en la botón y sumate al único training en el que "ser pro" es desmesurado.ME APUNTO AL TRAINING "BLOGUERA PRO"