Revista Cultura y Ocio
A finales de 1969 The Doors se meten al estudio a grabar Morrison Hotel, su quinto y penúltimo trabajo de estudio, a la postre. La banda, en ese momento, está en un momento de transición y con el público algo perdido después de su giro de estilo en The Soft Parade, un álbum para mi con momentos excelentes (del que ya hablé aquí) en el que introdujeron vientos, pero que se alejaban algo del estilo habitual del grupo en los primeros tres discos. Eso si, la voz de barítono de Jimbo empezaba a resquebrajarse debido a los abusos de drogas y alcohol. Para más datos, durante la grabación del disco a finales de este mítico 1969, Jim fue arrestado junto al actor y amigo del músico Tom Baker, por haberse comportado de manera no correcta con el staff de unas aerolíneas en Phoenix, escándalos públicos varios también entre ellos el arresto sobre el escenario de New Haven, lo que provocó juicio y la baja de la banda en Woodstock, todo ello hizo que las sesiones de grabación fueran interrumpidas en varias ocasiones, intercalado todo con actuaciones en vivo.La formación en el estudio era básica, eliminando los arreglos orquestales anteriores para poder dar el sonido más crudo posible y más rockero al trabajo. Los textos se volvieron más crudos también, aunque seguían siendo crípticos (el tema de la muerte era retórico), a la vez que se decide bajar un poco la voz de Morrison que está más en plan chamán, e incluso sensual tirando más hacia el blues, y subiendo las guitarras de Krieger y modulando el teclado de Manzarek. John Densmore a la batería no cejaba y como músicos adicionales Ray Neopolitan al bajo salvo en Roadhouse blues y en Maggie M'Gill donde lo tocaba Lonnie Mack, además de John Sebastian con la armónica en el mítico primer tema del álbum.
Hablamos de un disco conceptual dividido en dos partes, la cara A titulada "Hard Rock Café" y la B como "Morrison Hotel" (título real del álbum), con seis temas en la primera parte y cinco en la segunda. Por otro lado, la mítica portada del álbum fueron claves como alma y personalidad del trabajo, y esa fotografía (al parecer furtiva y sin permiso) de los cuatro miembros dentro del hotel fue tomada por el fotógrafo y ex componente de la Moder Folk Quartet, Henry Diltz. El famoso local está situado en el downtown de Los Ángeles, en el 1246 de la calle South Hope y era, por entonces, un albergue barato para gente de paso y vagabundos. En la actualidad está cerrado y su fachada tapiada y deteriorada.
El disco empieza con un tema, que con el paso de los años se ha convertido en auténtico icono del grupo, y servía para iniciar muchos shows de su última época (recordemos aquel "Ladies and gentlemen, from Los Ángeles, California... The Doors!"), el Roadhouse blues, un contundente rock blues que arranca con el riff de guitarra de Robbie Krieger junto a la armónica de John Sebastian y estableciendo un duelo al que, como no, se une Ray Manzarek de manera gloriosa, mientras Jimbo despacha la letra con su voz bluesera, qué manera de empezar un disco, ¡¡¡dios santo!!! Waiting for the sun fue descartada para el tercer disco, que lleva ese mismo título, y claro, es evidente que se trata de un tema más de la primera época, más psicodélico, como demuestra su letra, y alejada por tanto del tono bluesero del disco y donde los teclados humeantes de Ray destacan sobremanera. You make me real, es un rock and roll clásico con aires de salón del oeste, con la guitarra de Krieger y donde Ray está excelso al piano. Peace frog es otro rock and roll donde el riff de Krieger con efecto wha-wha y su gran sólo destacan totalmente, además de como sostiene el control la batería de Densmore y los teclados de Ray aportando su magia eterna, mientras Jimbo escupe la palabra sangre en todas las estrofas, debido a la represión de aquella época por la Guerra de Vietnam, derechos de la raza negra, etc., cuyo acorde final enlaza sin cortes con Blue Sunday, una balada sentimental dedicada a su chica, Pamela Courson. Ship of fools termina la primera cara, un tema que podría decir que es típico del estilo de la banda, donde el teclado manda junto a la voz de Jim y el grupo suena muy compacto, y cuya letra relata una especie de extinción espiritual de la humanidad y su autodestrucción en lo que llaman un viaje en un barco de locos.Land Ho! comenzaba la cara B con ese ritmo trotón de la batería, al que se unen la guitarra y el teclado, mientras Morrison despacha una letra de aires marineros con esas ansias de libertad de un viejo capitán de barco. The spy es un temazo de fuerte raíz blues, con ese piano destacable y el slide de guitarra, a la que se le añade la erótica de su poesía. Queen of the highway es muy favorita mía, dedicada a Pam también, con un ritmo vivo y perfectamente ejecutada (memorable la versión en clave jazz en las ediciones de lujo). Indian summer con aire chamánico, es una pausa lisérgica si se me apura con cierto parecido a The End, pero mucho más corta y suave con tono también amoroso. Maggie M'Gill terminaba el disco, un tema enérgico con mucha carga de blues y que cuenta la historia de la hija atormentada de un padre estrella del rock and roll alcohólico que la abandona a su suerte, una puerta (nunca mejor dicho) abierta a lo que vendría a ser L.A. Woman y donde el teclado de Ray vuelve a ser soberbio mientras la guitarra de Krieger resagea.
Sin duda un disco donde la banda volvía a sus raíces y se reconciliaba con su público al que The Soft Parade había dejado algo aturdido. Un trabajo donde el tono bluesero se hace ya muy presente y serío y que tendría su continuidad y expansión total en el último trabajo.En definitiva un álbum que les devolvió a todo lo alto.Os dejo con el tema Queen of the highway (dedicado a ella).