Título original: The Green Inferno
Año: 2013
Duración: 103 min.
País: Estados Unidos Estados Unidos
Director: Eli Roth
Guión: Guillermo Amoedo, Eli Roth
Música: Manuel Riveiro
Fotografía: Antonio Quercia
Reparto: Lorenza Izzo, Ariel Levy, Sky Ferreira, Nicolás Martínez, Kirby Bliss Blanton, Aaron Burns, Magda Apanowicz, Matías López. Daryl Sabara, Adam Leong, Mary Dunworth, Cody Pittman
Productora: Worldview Entertainment / Dragonfly Entertainment / Sobras.com Producciones
Justine y a sus idealistas compañeros, que llegan a Perú para impedir que la destrucción de una parte de la jungla perturbe la vida de una tribu local. Hasta aquí todo son buenas intenciones, que terminarán cuando la tribu en cuestión se disponga a convertir los visitantes en su almuerzo.
Apadrinado por Quentin Tarantino, Eli Roth se ha convertido en uno de los directores más encumbrados de la última década. Yo creo que ha realizado películas que están bien en su género, destacaría Cabin Fever y Hostel 2. Desde un punto muy personal, creo que jamás superará el fake trailer de Thanksgiving realizado para Grindhouse, la doble sesión compuesta por Planet Terror y Death Proof.
Desde 2007 que Eli Roth no volvía a dirigir un largometraje. Su regreso ha causado gran expectación entre sus más fieles seguidores, un regreso, que ha decepcionado casi tanto como ha gustado. El cineasta de Massachusetts se traslada a los parajes salvajes en los que Herzog rodó Aguirre, la cólera de Dios, para, a su manera, rendir tributo a dos de las obras más reconocidas del subgénero caníbal, como son Holocausto caníbal de Ruggero Deodato y La montaña del dios caníbal de Sergio Martino. Un subgénero que tuvo una época dorada entre la década de los 70 y 80.
Sin embargo, Roth es consciente de que la sordidez de aquella época y forma en que se rodaron las mismas, sería ineficaz entre el público actual, aficionado o no. De manera que Roth combina la esencia de aquellas con el gore más desenfrenado, e inserta algunas dosis de humor bien repartidas que le quitan hierro al asunto, dejando un film bastante menos transgresor. Esto no significa que no haya algunas escenas escabrosas, pero aparca y echa el freno al mal rollo de la obra de Ruggero Deodato. El motivo es bien claro, el impacto sería menor, ni abarcaría la misma cantidad de público y desde luego no funcionaría. Hay películas que pertenecen a una época concreta.
Con una duración que puede parecer excesiva en un principio, ni sobra ni falta. La primera hora se dedica a presentar a sus protagonistas y la situación en que van a verse involucrados en primera instancia. Una hora en la que se refuerza la empatía y apatía para con los personajes, creando fuertes lazos con el espectador en ambos casos, de forma que cuando la verdadera tragedia se cierne sobre ellos, el resultado es muy efectivo.
Eli Roth aúna fuerzas con el guionista de Aftershock, Guillermo Amoedo. y escriben un guion que contiene una fuerte crítica ecológica, tecnológica y social, sin sacrificar la parte caníbal, por supuesto. El film se ambienta en una época actual, mostrando unos caníbales un tanto 'urbanizados' en su entorno, pero con el mismo afán de carne humana. Dando un enfoque un poco distinto. Ambientada en la época actual, una parte se desarrolla en la urbe, sino fuera por algunos detalles como los títulos de créditos o la clase en la universidad sobre la ablación, podríamos pensar en un film cualquiera.
Los efectos especiales recurren a lo digital, pero lo artesanal también cumple bastante bien su cometido. Y aunque se nota lo que son prótesis, como torsos, cabezas, brazos etc. se agradece que en una época tan digital, hayan utilizado el látex en distintas ocasiones, dejando lo digital para las escenas más desmadradas.
La banda sonora de Manuel Riveiro no es tan perturbadora como en Holocausto Caníbal, pero mantiene la esencia del género en ciertos momentos. Eli Roth protagonizó un papel en la comedia Aftershock de Nicolás López, que ejerce como productor en The Green Inferno, una unión que no solo se limita al director y guionista de aquella, sino también a una parte del reparto, en el que no hay mucho que destacar, más allá de Lorenza Izzo en el papel de Justine, la auténtica protagonista. Ariel Levy que también proviene de Aftershock, encarna a Alejandro, pero no hay nada destacable en su interpretación, salvando su función dentro del grupo. El resto de reparto es la carnaza que esperamos como espectadores.
Un buen tributo, que mezcla lo serio con lo divertido en buenas proporciones. Una buena fotografía, recreación, caracterización de los indígenas y ambientación del poblado, más civilizado de lo normal, pero igualmente hambrientos de carne humana.
Puntuación
Publicado por
Machete
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18:11
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Ayer era un hombre decente viviendo una vida decente. Ahora es un brutal salvaje que debe masacrar para mantenerse vivo.