Había mucha expectación ante lo que tendría que ser el 4º
disco de The Killers. Pasados 4 años desde “Day & Age”, cuyos tentáculos
promocionales o ecos resonaron hasta 2010 (¿quién no recuerda a “Human” como
banda sonora televisiva del mundial de fútbol que ganó España en Sudáfrica?), y
habiendo mediado aventuras en solitario de casi todos los componentes, había
muchas dudas en torno a muchos aspectos.
Por un lado, se cuestionaba la cohesión del grupo,
recurriendo a esos rumores de patio de escalera que abundan en las malas
relaciones entre el batería Ronnie Vannucci y Brandon Flowers. Por otro lado,
las incógnitas se planteaban hacia el estilo que abordarían los de Las Vegas en
su nuevo disco, tras un primer trabajo con muchos tintes británicos en el sonido, un 2º álbum que giraba a lo americano y finalmente un 3er. disco de pop
rock para todas las clases, que quizás define mejor lo que será el estilo de
The Killers.
Y es posible más bien que “Battle Born”, así ha sido titulado
el 4º trabajo del grupo, pueda responder a una evolución de las pistas
mostradas en el respetable pero inconexo “Day & Age”, pero a ratos
intentando recuperar parte de los sonidos épicos que impregnaban el previo “Sam’s
Town”.
Para todos los malpensados, en el grupo permanece el
cuarteto inalterable. Brandon Flowers continúa como vocalista y teclista, Dave
Keuning llevando el peso guitarrero, Mark Stoermer encargándose del bajo y el,
en teoría, rival de Brandon en el grupo Ronnie Vannucci en la batería. Les
advierto que tengo muchas ganas de hablar de lo que incluye “Battle Born”, con
lo que paso ya mismo al análisis de sus canciones.
Se dispone un inicio glorioso, con quizás la mejor canción
del disco. “Flesh and bone” muestra a un poderosísimo Brandon al micrófono, con
un manejo de la melodía vocal que denota que ha alcanzado su plenitud.
Abriéndose camino en sus primeros momentos con unas notas sintéticas, luego nos
encontramos una base de batería tremendamente potente por parte de Ronnie y
unas cuerdas a cargo de Keuning y Stoermer, a las que los teclados de Brandon
conceden el complemento monumental para dar lugar a una canción realmente
ambiciosa y muy épica. Aúna perfectamente el sentido de “Day & Age” y
“Sam’s Town”, ya que no es difícil pensar en que podría resultar de mezclar la
propia canción título del 2º disco “Sam’s Town” con el inicio de disco
inmediatamente anterior a “Battle Born”, aquella tremenda “Losing touch” que
abría “Day & Age”. Los Killers siempre dan lugar a un tema de tremenda calidad
como apertura de sus álbumes, recordemos “Jenny was a friend of mine” y las 2
mencionadas; bueno, pues con “Flesh and bone” continúan la tradición. Una
auténtica maravilla. Solamente por ella, ya merece la pena el disco. Pero por
si les parece poco, también podríamos justificar a “Battle Born” por la
presencia de esta “Flesh and bone” y la siguiente “Runaways”, que con justicia
ha sido el primer single del álbum. Su videoclip ha sido bastante low cost, con
el grupo tocando en un plató negro, con luces rojas y poco más (se ha
desperdiciado la oportunidad de hacer algo enorme a la altura de la canción,
claramente). Esta composición también mezcla la épica de “Sam’s Town” con los
sentidos de ritmo de “Day & Age” y sobre todo con la forma de cantar de Brandon
en el tercer disco, ya que el deje “springsteeniano” en la voz que había en
“Sam’s Town” no vuelve a apreciarse en esta ocasión. Esta canción “Runaways” es
un torbellino. Ya les confesé en el post del último concierto del grupo en Madrid, que de primeras no me llamó la atención mucho, pero tras escucharla en
directo, terminó de capturarme. Épica, gloriosa, potente y con una demostración
brutal de Dave Keuning en sus cuerdas, compensando en parte el poco peso que el
guitarrista tuvo instrumentalmente hablando en la masiva “Human” de “Day &
Age”. Reto a cualquiera a que me diga que no le recuerdan en parte esos
tecladitos de la siguiente “The way it was” a “Seven wonders” de Fleetwood Mac.
Estamos ante una balada rockera, ya que salvo los adornos de los teclados en
esos momentos instrumentales, es el bajo, la batería y las guitarras lo que
llevan el peso de esta delicada composición, que por otro lado viene a poner
una necesaria calma tras los 2 arreones tan brutales del inicio del disco. Se
da una vuelta de tuerca más en el terreno pasteloso. Ahora toca “Here with me”,
con un mayor sentimiento de balada. En los primeros momentos solamente las
notas de piano acompañan a un Brandon que aquí nuevamente demuestra que se ha
convertido en un cantante muy perfeccionado y que queda muy poco de aquel menos
excelso, pero irresistible, chiquillo que cantaba en “Hot Fuss”. Brandon
Flowers alcanza unos registros muy altos y en esta canción, que tiene algún
puente o estrofa que no está nada mal, pero que creo que falla algo en el
estribillo, hace gala de ello. Lo confieso también: en las primeras escuchas de
“Battle Born” no me entraba nada, pero nada de nada, “A matter of time”. Bueno,
pues cada vez me gusta más. Me recuerda en parte a lo que me sucedió con muchos
temas de “Hot Fuss” cuando accedí finalmente al disco a fondo en enero de 2007,
tras llevar siguiendo inconexamente al grupo desde el 2004. Esta canción es de
los momentos que precisamente más nos pueden recordar a los Killers de los
inicios. Podría ser una especie de vuelta a “Midnight show” de “Hot Fuss” con
unos retazos de la apocalíptica (sonoramente hablando) “This river is wild” del
2º lp. Los coros quedan bastante apañados y el vértigo de la batería y el bajo
de los comienzos son muy logrados. A pesar de los adornos de los teclados de
Brandon, esta “A matter of time” es un tema rockero, entiendo muy del gusto de
Vannucci. A buen seguro, cuando el grupo meta más canciones del nuevo disco en
sus conciertos (recordemos que en Madrid solamente tocaron “Runaways” y “Miss
atomic bomb”, que no tardaremos en hablar de ella en las siguientes líneas),
será uno de los momentos más aprovechables de los directos. Háganme caso:
concédanle su tiempo, ya que de primeras quizás no les entre, pero les acabará
gustando. Pero es que no hay tiempo para descansar y dejar de acumular
emociones y buenas sensaciones, ya que la siguiente “Deadlines and commitments”
es otro de los triunfos individuales del disco. Brandon se mueve en un medio
falsete al micrófono en esta canción que tiene una melodía velada y algo
misteriosa, con un estribillo coral muy bueno de giros melódicos fenomenales,
sobre todo cuando se afronta el mismo en toda su extensión. Los arreglos
eléctricos que se jalonan sobre el ritmo de batería de Ronnie, que lleva el
peso principal de la canción, son muy buenos. Es quizás el tema pop de mejor
factura del disco y que demuestra una gran variedad desde el inicio hasta el
momento, ya que el grupo ha presentado baladas, temas de rock épico, canciones
de rock acelerado y ahora una joya pop. En definitiva, “Battle Born” ofrece una
primera mitad de disco de notable alto.
Quizás precise muchas más escuchas, pero no me termina de
entrar “Miss atomic bomb”. Creo que se postula como single y creo que es un
error, ya que hay otros muchos temas que funcionarían mejor como sencillo a
extraer. Estamos ante una composición pop, que se muestra muy sentida y emotiva
en sus formas, sobre todo en su estribillo. En parte nos podría recordar
vagamente a “A dustland fairytale”, pero prescindiendo de los excesos que esta
balada de “Day & Age” tenía (se pasaba tanto de revoluciones como las
imágenes del telón de fondo que la acompañaron en su interpretación en directo en Madrid el pasado 15 de septiembre en la Ciudad Universitaria).
La canción va ganando instrumentos, fuerza e introduciendo cada vez más carga
sentimental a la melodía. Brandon puede recordarnos mucho a Bono en ciertos
pasajes del tramo final. Eso sí, “Miss atomic bomb” es una joya auténtica (y,
no se me entienda mal, no estoy diciendo que sea para nada mala) si la
comparamos con “The rising tide”, cuyos primeros sonidos electrónicos nos
evocan vagamente a los Depeche Mode y su “World in my eyes”. No obstante, The
Killers nos rompen la cintura auditiva a los pocos segundos con unas notas de
guitarra eléctrica muy clásicas, que lucharan a brazo partido con los teclados
para llevarse el protagonismo instrumental de este tema, que quizás tenga su
mayor pecado en que no esté del todo bien rematada en ciertos momentos. El
inicio de su estribillo está muy bien, pero el final no está demasiado bien
trabajado. Quizás la canción más floja del disco, pero si esto es lo más débil
de “Battle Born”, podemos afirmar que estamos ante un disco muy a tener en
cuenta. Eso sí, en “The rising tide” hay lugar para el necesario lucimiento del
siempre discreto y poco conflictivo Dave Keuning, que demuestra sus dotes como
guitarrista. Quizás también podamos encontrar en esta canción una reminiscencia
de “Hot Fuss”. Se tiende mucho últimamente a comparar al grupo con U2, y es
curiosamente en “Heart of a girl”, siguiente tema, donde más me recuerdan a los
irlandeses Brandon y sus compañeros. Me evoca mucho a esas baladas, reservadas
para caras “b”, que Bono, The Edge, Mullen Jr. y Clayton firmaron hace mucho
tiempo. Es el tema más relajado, acústico e íntimo del disco. Una bonita pieza
exótica, que a medida que avanza en su duración incorpora algo de fuerza y
elementos, pero que conserva su carácter coqueto durante todos los segundos que
dura. Les confieso que estoy muy de acuerdo con nuestro amigo Julián Ruiz
(permítanme que le llame amigo tras participar en aquel homenaje en nuestro
programa de radio que hicimos a Tino Casal) y su revisión tema a tema (algo
como lo que aquí hacemos semana tras semana) que hizo en su página de
“Plásticos Y Decibelios”. Una de las cosas en las que coincido con él es que
“From here on out” es una canción que hubiera pegado mucho a los Dire Straits.
Esta canción de rock clásico es una rara avis dentro de la historia de The
Killers. No obstante, queda muy bien situada en este tramo final y hasta nos
permite ponernos a bailar si es que nos apetece. Llevadera, rápida (apenas 2
minutos y medio de duración) y divertida. Llegando al final, hay sitio para otro
momento íntimo que es “Be still”. Sobre una base sintética Brandon comienza
esta composición, en la que nuevamente las formas de la misma le permiten
lucirse como vocalista. Es necesario incorporar este momento de sonido algo
triste, para que brille con luz propia el tema final del disco, en este caso la
canción que le da título. “Battle born” es otra de las canciones notables o
sobresalientes que incluye el lp al que cede nomenclatura. Los coros aquí me
evocan mucho a los Queen y esta canción tiene un poso de optimismo muy
necesario para finalizar el disco con cierta alegría, algo que tradicionalmente
no sucede en The Killers, al menos sonoramente, por mucho que “Everything will
be alright” tenga ese título en “Hot Fuss” y no olvidemos la tristeza épica que
nos concedían “Why do I keep counting?” en “Sam’s Town” (si no contamos el
“Exitlude”) o “Goodnight, travel well” en “Day & Age”. La canción “Battle
born” es un tema de una fuerza arrolladora, de sonido ambicioso, potente,
ampulosa y que termina en un halo de intensidad fabuloso para poner el broche a
un disco que será muy valorado con el paso del tiempo. Hablemos de los bonus
track de la “deluxe edition”, que es la que me he comprado al precio de 18,99
eur. (apunte para todo aquel que ponga en duda que no me gasto un duro en The
Killers tras leer la crónica del concierto del pasado 15 de septiembre).
Primero llega “Carry me home”. Sus primeras notas son muy prometedoras. Te
esperas algo muy bueno, pero luego realmente lo que nos depara la canción es un
tema pop, que es válido, pero que no alcanza las tan altas expectativas que nos
prometían sus primeras notas. Está bien, pero sin alardes. Luego, lo que
Jacques Lu Cont ha hecho con “Flesh and bone” no me hace nada de gracia. Esa
canción es perfecta en su concepción original y cualquier cosa que hagas sobre
ella, va a palidecer. Como curiosidad no queda mal, pero la mejor versión de
“Flesh and bone” la han podido escuchar hace unos 55 minutos cuando dieron
“play” y comenzaron a escuchar el disco. Al menos hay que valorar que Jacques
ha intentado buscar un enfoque distinto al tema y ese mérito no se lo vamos a
discutir, ni mucho menos; el problema es que la original es una de las mejores
canciones que el grupo van a facturar en su historia, y eso siempre es un
agravio comparativo de padre y muy señor mío. Me gusta sin embargo “Prize
fighter”, que en la forma de cantar de Brandon de las primeras estrofas y el
sonido de los teclados, me recuerda algo al Springsteen de finales de los 70 o
primeros 80 (buena señal). Sin llegar a la grandiosidad del cierre formal del
disco que nos ha proporcionado “Battle born”, sí que podríamos considerarla
como su hermana menor y su situación en el último lugar de esta edición
especial, en parte nos ayuda a terminar con un sabor de boca parecido al que
tendríamos si le damos al “stop” cuando escuchamos la pista nº 12. Eso sí,
centrándonos sobre todo en los 2 temas inéditos del grupo, dejando de lado el
trabajo de Lu Cont, les confieso que cualquiera de los bonus de la edición
japonesa de “Sam’s Town” (recordemos: “Where the white boys dance” y “All the
pretty faces”) o “Day & Age” (en este caso “A cripping blow” y “Forget
about what I said”), los considero muy superiores a “Carry me home” y “Prize
fighter”; así son mis gustos.
¿Saben? Quizás el sentido épico y arrollador del disco, con
toda su potencia mostrada en muchos momentos, se podría extraer de la sensación
que transmite su portada, al imaginarnos el choque frontal inminente entre ese
caballo pura sangre y el coche berlina americano, que se encuentran en mitad de
una carretera tipo “Route 66”
en mitad de la noche del desierto.
Este “Battle Born” es diverso y ecléctico, pero su triunfo
reside en su carácter compacto (cosa dificilísima de conseguir y más cuando has
contado con 4 productores). “Day & Age” también era variado, pero el
resultado global fallaba principalmente porque no había consistencia, cosa que
a priori sería más fácil de conseguir en un disco que tiene 2 canciones menos
en su track list.
Si nos ponemos a comparar a The Killers con U2, algo muy recurrente
últimamente en los foros como ya he mencionado antes, siendo este “Battle Born”
el 4º disco de estudio de los de Las Vegas, habría que buscar semejanzas con
aquel “The Unforgettable Fire” de los irlandeses. No veo muchas similitudes con
aquel disco, más allá de la mezcla de intimidad y épica rockera, ya que en
aquel disco el mensaje social y político de U2 era muy claro, y aquí no hay
mucho de eso. No obstante, si buscamos establecer paralelismos entre los
singles de aquel disco, o las canciones que más han quedado en la cultura
popular, pues en parte podríamos establecer una vaga semejanza entre “Pride (in
the name of love)” y “Runaways”, en tanto a que aunque los 2 singles tienen
pegada, sí que ofrecían una menor inmediatez que “Sunday bloody sunday” y
“Human” respectivamente; de esa forma, quizás “Flesh and bone” podría hacer las
veces de la gloriosa “Bad”.
No obstante, buscar estos símiles es algo forzado, aunque si
nos ponemos muy optimistas, entonces a The Killers en 3 o 4 años les llegaría la
hora de editar su particular “The Joshua Tree”, y la verdad es que me dan
espasmos de placer melómano de pensar en un disco con 3 singles de la calidad y
potencia de “With or without you”, “Where the streets have no name” y “I still
haven’t found what I’m looking for”. Brandon y los suyos creo que tienen el
potencial suficiente para ello, y el tiempo será quien nos lo diga.
No obstante, no perdamos la perspectiva buscando extrapolar
a “Battle Born” y a los Killers de esta forma, ya que las comparaciones pueden
resultar odiosas. En todo caso lo que sí opino firmemente es que este 4º
trabajo del grupo mejora ostensiblemente el resultado global que reportaba el
predecesor “Day & Age”, por mucho “Human” que éste contenga en su interior.
Terminando por hoy, que creo que hacía mucho tiempo que no
hacía un post de revisión de disco semanal tan extenso (la ocasión creo que lo
merecía), diré que “Battle Born” muestra que The Killers están en un buen
estado de forma. El paso del tiempo y el tomar algo de aire fresco con
proyectos individuales les ha venido muy bien y han conseguido dar lugar a un
trabajo maduro, lleno de buenas canciones y que justifica las esperanzas que
muchos pusimos en ellos desde un principio, por mucho que muchos indies
radicales se hayan bajado del carro hace ya un tiempo.
Ahora toca que The Killers defiendan en directo el disco como
saben, y ampliando el repertorio con más de las canciones de “Battle Born”. Ya
no hay hombreras con plumas, ni falta que hacen. En Madrid hace unos días
demostraron que en escena siguen siendo una banda muy potente, que pone en
entredicho las voces que en sus inicios decían que eran muy malos en directo.
¿Qué nos deparará el futuro de The Killers? ¿Se separarán? ¿Conseguirán editar
un 5º disco que les confirme con el grupo más relevante de comienzos del siglo
XXI? Ya lo veremos. El presente es “Battle Born” y su correspondiente gira, y este
es un presente muy bueno que debemos degustar. Lo que tenga que venir, ya
vendrá. Paciencia.
No puedo terminar hoy de otra forma que invitándoles a que
en unas pocas horas, a las 16.00h en la sintonía de RUAH e &radio simultáneamente,
escuchen nuestro estreno de la 4ª temporada de “Discos, música y reflexiones”
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con debate en el plató e interesantes participaciones telefónicas. Para
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