Revista Animación
Disney ha vuelto. Y para los que pasamos nuestra infancia con clásicos como la Sirenita, el Rey León o Aladdin es una magnífica noticia. Lo cierto es que si bien por falta de ideas o por repetición excesiva de la fórmula, las películas de Disney no acababan de funcionar. Si a eso le sumamos el auge de Pixar con Toy Story, vemos porque las películas de animación de Disney pasaron en un segundo plano. Después de que todos se atrevieran a hacer animación, Dreamworks, (productora de Madagascar), siempre tras la larga sombra de Pixar y su hegemonía, parece que Disney empieza a resurgir de sus cenizas.
The Princess and the Frog (Tiana y el Sapo) fue anunciada como la vuelta de Disney con la primera princesa de color de la historia de la factoría del ratón. La película situada en New Orleans, nos cuenta la historia de Tiana, una joven que desde pequeña ha soñado con cuentos de hadas. Tiana quiere cumplir el sueño de su padre: tener un restaurante propio. Para conseguir su sueño se sacrifica, tiene diferentes trabajos y ahorra todo lo que gana. Un día, el príncipe Naveen llega a New Orleans, revolucionando toda la ciudad. Naveen es un príncipe despreocupado, que le gusta divertirse y que busca alguna chica de buena familia, porque sus padre le han dejado sin dinero. El misterioso Facilier, el hombre de las sombras (Shadow Man), “mago” que se dedica a la magia negra y a tirar las cartas, convence al joven y despreocupado Naveen para que entre en su juego convirtiéndole de esta manera en rana. El príncipe intentará buscar a una princesa para que le bese y consiga volver a su estado humano, pero al recibir el beso de Tiana, ésta también se convertirá en rana. Las dos ranas vivirán aventuras en el bosque. Encontrarán nuevos amigos: una luciérnaga y un simpático y bobo cocodrilo con quienes intentarán volver a su estado.
Una historia dulce, divertida, emocionante dónde no hay momento para el aburrimiento. Una historia innovadora que a la vez huele a clásico, que nos recuerda porqué hacía tanto que esperábamos la vuelta de Disney con tantas ganas.
Menken y ****, creadores de la banda sonora de Aladdin y La Sirenita, vuelven a estar detrás de una banda sonora llena de color y textura, dónde el jazz es el protagonista. Una vez más la banda sonora le da un toque único a las películas de Disney, un toque que ni los de Pixar se han atrevido a igualar. La primera canción en que nos habla de la magia de la ciudad de New Orleans, la canción de Tiana en el restaurante, pasando por las diabólicas canciones del villano y acabando por las simpáticas canciones llenas de buen rollo de la luciérnaga y el cocodrilo.
Esperemos que tras ver las buenas críticas y la buena recepción del público, se hagan más películas en 2-D. Sin duda un buen arranque de la que esperemos sea la vuelta al cine de animación en 2D. Se tienen que acabar de pulir algunos detalles, darle más emoción a la trama en todo momento y conseguir un equilibrio entre divertir y emocionar.
Detrás de los dibujos y la dirección de John Musker y Ron Clements están las voces de Anika Noni Rose (Tiana), Bruno Campos (Naveen), Keith David (Facilier),Michael-Leon Wooley (Louis), Jim Cummings (Ray), Jennifer Lewis (Mama Oddie), Jennifer Cody (Charlotte) y Oprah Winfrey (Eudora) entre otros.
Como conclusión otra demostración que la animación goza de un gran momento. Dos de las mejores películas de este año han sido de animación. Éste y muchas de las series que se emiten en pantalla pequeña, superan, por desgracia, o no, el cine actual. No ha decepcionado.
Nota: 7’5-8/10