
The Shins se han tomado con mucha calma su regreso al mundo discográfico, y han tardado más de cinco años en sacar su cuarto trabajo a la venta. En este último lustro han pasado muchas cosas en el mundo de la música, y muchos grupos de la década pasada han visto como sus carreras se hundían en la miseria, pero no ha sido el caso de la banda de Alburquerque, que se ha forjado una leyenda que yo todavía no logro comprender. Esto no quiere decir que no me gusten, pero sí creo que es una banda muy irregular con grandes canciones, y grandes rollos. Además, puedo entender que esto pase en su país natal donde si que han tenido un éxito moderado de ventas y de crítica – por aquí no recuerdo una especial desilusión cuando se cayeron del FIB 2004 en el que no estaban ni en el escenario principal -, pero parece que este año es el grupo que tienes que tener en tu festival, si no quieres que digan que tu cartel es una mierda.
Por supuesto, la banda de James Mercer ha vuelto a pasar bastante de nuestro país y de momento no se va a dignar a dar una vuelta por aquí. Y es que es un poco arriesgado traer un grupo que cobra una millonada en su país natal, y que aquí en el fondo no terminar de despuntar a un nivel más masivo. Así que como un festival no se gaste el dinero en ellos, veo pocas posibilidades de tenerlos en España en vivo. Espero equivocarme.

“Port Of Morrow” vuelve a confirmar lo que ya pensaba de los trabajos de The Shins; es decir que nos vuelven a dejar una colección de canciones de lo más irregular. Además, siempre les pasa lo mismo; empiezan estupendamente con varios temas impresionantes, y luego te meten una buena cantidad de relleno al final. Por lo menos eso es lo que pasaba con los tres últimos discos – no así con “Oh, Inverted World” que no deja de ser su mejor trabajo -, y este no es una excepción.
El inicio con The Rifle’s Spiral, Simple Song, Bait And Switch y September es espectacular, pero en la segunda parte del disco solo encuentro dos temas que me llamen la atención y que no me lleven al tedio más absoluto: No Way Down, que es bastante estándar pero no está nada mal, y esa preciosa Fall of ’82 que la verdad es que me gusta bastante. Quizá le falta algún temazo tipo New Slang, So I Says o Phamtom Limb, pero bueno, no deja de ser un disco bastante coherente con su carrera.
¿Decepción? pues no, ya que han vuelto a hacer el mismo disco otra vez; con sus aciertos, y sus errores.
7,5
