Revista Cine
Director: Nicholas Ray
Hace tiempo que tenía ganas de ver, digamos ponerme al día con las primeras películas noir de Nicholas Ray, ¿por qué?, cómo saberlo. No iba a ser hoy, pero como acá dejamos que el calor nos guíe, luego de un par de decepciones con películas sin subtítulos disponibles en la vasta internet, me dije, "oye chato, ¿por qué no?". Y acá estamos, con la opera prima de Nicholas Ray, "They live by night", que se diferencia en muchas cosas del "They drive by night" de Raoul Walsh que sólo el live/drive del título. Si no se rieron no importa, aún así tengo más gracia que los globos de oro...
Tres presos fugados deciden comenzar su nueva vida en incierta libertad robando bancos y cosas así, pues tal como ellos dicen, qué más pueden hacer. Uno de ellos, el más joven, inicia un romance con la sobrina de uno de sus compañeros, la que, desencantada de la vida de sus familiares e interés amoroso, hará que el chico se cuestione sus métodos para vivir. Eso sí, la vida criminal no es tan fácil de abandonar, pues el crimen en sí mismo siempre anda a la siga de uno.
No quedé encantado. "They live by night" no me parece la gran película, muy especialmente por un guión poco esforzado en romper límites o, si esa no era la intención, en aplicar las fórmulas que tan al pie de la letra sigue pero con algo de intención que la diferencie de otro relato más sobre jóvenes amantes destinados a un trágico amor marcado por la violencia, el crimen y la muerte, y finalmente la no consumación de los sueños. Tiene cosas interesantes, como la dirección de Ray, desinteresado en la violencia (que apenas tiene importancia e influencia narrativa) para dar lugar a la gran ironía moral de querer tener una buena vida pero no poder por las decisiones pasadas, que es como si ya hubiesen decidido por uno cada movimiento a futuro, una condena previa imposible de deshacer. En cierta forma, "They live by night" es un relato de personajes atrapados, por voluntad propia o no, bajo el yugo de tal o cual etiqueta, como por ejemplo los compañeros del chico enamorado, que a esas alturas de la vida ya saben que una vida decente no es posible para ellos, lo cual aceptan y hasta disfrutan. Mientras tanto, el chico no puede escapar de su destino y la chica no puede escapar del encanto que él le provoca (aunque el tipo tenga menos personalidad que una roca), lo que la conduce al eterno sufrimiento. Lo correcto versus lo inmoral, el crimen que te persigue sin importar qué, etc. Nada fuera de lo común, quizás lo más destacable sea el mencionado carácter de prisioneros que se cierne sobre los personajes (cuyo leve valor metafórico le insufla algo de calidad e interés al relato), pero aún así, la narración me parece poco cuidada y fluida al igual que unos personajes apenas tratados en tanto entidad personal y mucho menos elemento narrativo. No quiero extenderme tanto para explicar, sencillamente, que no conecté ni con la historia ni con los personajes, en gran medida porque pienso que los personajes tenían poca libertad de movimiento, irónicamente atrapados en una premisa argumental/narrativa que fuerza cada página de guión hacia su propia comodidad discursiva. Curiosamente lo mejor son algunos personajes secundarios, excéntricos y dadores de pequeños retazos de personalidad. La dirección de Ray, pienso yo, no logra salvar la función, principalmente porque el hombre, como ya se dijo, se preocupa más del conflicto moral que envuelve a los personajes que de una ejecución estético-formal que exprese mediante la imagen audiovisual todas aquellas intenciones sustanciales que revolotean por ahí sin llegar a ningún lado en particular, aunque, ciertamente, hay detalles y momentos interesantes, tanto de composición como de montaje y movimientos de cámara, así como algunas escenas demasiado cursis y algunos fueras de campo argumentales que desorientan más que potenciar el suspenso o qué sé yo. En cualquier caso, poco que destacar en este debut: es elogiable el "rigor" dedicado a los personajes, pero se necesita una narración que logre potenciar las ideas que se busquen expresar, y los interesantes detalles formales deben ser coherentes como conjunto en vez de lucir como fugaces destellos de brillantez. No desdeño la mano de Ray, pero pensaba que la cosa iba a ser más contundente. Pocas sorpresas, poca emoción, habrán días mejores, seguramente.