Tiananmen (I)

En junio de 1989 Deng Xiaoping y el Partido Comunista Chino enviaron tanques contra estudiantes desarmados en la plaza de Tiananmen ocasionando una matanza. Curiosamente fue el mismo lugar donde Mao anunció en 1949 la fundación de la República Popular China. El Partido que había decidido liberalizar la economía se oponía a liberalizar las mentes.

Estos hechos fueron resultado de un proceso que se había iniciado diez años atrás. Estas tensiones provenían del interés por reformar la economía, pero negados al individuo. El individualismo y la responsabilidad se estimularían en el trabajo, pero no en la sociedad. La tecnología industrial occidental se empezó a importar a gran escala, pero los valores y creencias occidentales fueron negados sistemáticamente.

Todo empezó por la muerte de Hu Yaobang, dirigente depuesto del Partido Comunista el 15 de abril. A partir de este momento se generalizaron los mítines y boicots en los campus de Pekín. Mientras esto ocurría, el Partido Comunista recurrió a los tradicionales instrumentos de control como amenazas, persecuciones, etc. Pero esta vez no fueron efectivos ya que los estudiantes continuaron con su movimiento, y no solo esto, sino que recibían apoyo de sectores de la sociedad china, no solo de Pekín sino de otras ciudades importantes.

El 20 de mayo se declaró la ley marcial y declararon al movimiento estudiantil como conspiradores contra la patria. La intervención militar se hizo oficial los días 3 y 4 de junio.

Pero la pregunta que nos podemos hacer es, ¿Quién era Hu Yaobang? Hu era un servidor del partido y de la revolución como otros miles que hay en China. Hu fue uno de los más jóvenes supervivientes de la Larga Marcha de 1934-35 en la cual entabló una profunda amistad con Deng Xiaoping. Cuando Deng se convirtió en el líder del Partido llamó a Hu para que fuese el responsable de organización del mismo. En estos seis años se ganó el aprecio entre los intelectuales y los artistas ya que intentó abrir la lata de la libertad. Debido a ello, Hu fue obligado a dimitir en enero de 1987, seis años después de su nombramiento. Se le culpó de una serie de manifestaciones estudiantiles que habían tenido lugar en Shangai, Pekín y otras ciudades del país. Todo hay que decirlo. Dichas manifestaciones fueron ínfimas comparadas con las que se provocaron por su muerte. Para el Partido Hu era demasiado suave respecto “al liberalismo burgués”. Ahora bien, el argumento utilizado fue que Hu no había presentado sus respetos a sus superiores en el Año Nuevo chino.

Pero la pregunta sigue en el aire, ¿Quién era Hu? Hu no era un “liberal” en el sentido occidental de la palabra. Antes que nada era un modernizador. Fue el primer dirigente en ponerse un traje occidental en vez de la chaqueta de Mao, incluso estimulaba a la gente para que dejaran de comer con los palillos tradicionales chinos y adquirieran el cuchillo y el tenedor. Pero además, en 1984 afirmó que Marx y Lenin no podían ya solucionar los problemas de China. Pensaba que la modernización de China iba más allá del cambio de economía. Pensaba que tenía que afectar a las mentalidades, lo cual implicaba un cambio de régimen político. En el verano de 1986 instó a todos los dirigentes veteranos para que abandonaran el partido. Seis meses después Hu fue destituido. Se retiró a su casa, pero intentó que sus ideas respecto a la educación fueran escuchadas. La educación era la clave ya que era el lugar donde el Partido imponía su autoridad y su poder sobre las nuevas generaciones. China había sufrido un retroceso en el nivel educativo, y varias voces del Politburó querían cambiar la situación. Mientras esto ocurría, Hu se ponía del lado de los reformistas, incluso después de haber sido depurado, ya que consideraba que la educación debía de estar al servicio de la modernización antes que al servicio de una ideología. Esto le llevó a asistir a una reunión del Politburó para discutir un documento político sobre la educación. Mientras se celebraba la reunión Hu sufrió un infarto. No se sabe a ciencia cierta qué es lo que pudo provocar dicho infarto, si es que lo provocó alguna cosa.