Revista Cultura y Ocio

"Tiburón" de Peter Benchley (1973)

Publicado el 11 julio 2014 por Tomas
Saludos. Creo que nunca os he contado que una de mis aficiones son los animales en general, y que soy un devorador de documentales sobre Naturaleza. Es especial me gustan los relacionados con el medio oceánico y, entre todos los animales marinos (delfines, atunes, tortugas, ballenas, focas y demás) creo que no hay animal más fascinante ni más cautivador que el tiburón; y sobre todas las especies de tiburones, no hay ninguno más impresionante que el Gran Blanco. El tiburón es una criatura perfecta, una joya de la evolución, presente en los océanos desde la era de los dinosaurios, una maquina afinada con maestría, compuesta básicamente de dos grupos de músculos que impulsan a casi 70 km/h (es el sexto pez más rápido, tras el atún o el pez vela) unas mandíbulas gigantescas, grotescamente desproporcionadas, hacia su desafortunada víctima. Un tiburón se dedica a poco más que a vagar y a comer. No sabemos cuántos años viven, pueden ser cincuenta, pueden ser trescientos. Tampoco sabemos cómo de grandes pueden llegar a ser, y son muchos más los misterios que todavía encierran para nosotros. Pero "la muerte blanca" o "el devorador de hombres" arrastra una mala fama algo excesiva y bastante injustificada, en parte debido a la novela y película que hoy veremos, pese a que su autor era un enamorado de estas criaturas, y dedicó gran parte de su vida a intentar limpiar su reputación y que todos entendiésemos la delicada situación en la que se encuentran, y la importancia de preservarlos y conservarlos, si queremos que el ecosistema marino perviva. Vamos a ver ambas:

Título: Tiburón (Jaws)
Autor: Peter Benchley. Escritor, periodista y divulgador ecologista especializado en el hábitat oceánico, y más particularmente en los tiburones. Fue editor de la prestigiosa revista Newsweek, y trabajó en The Washington Post y National Geographic. Además de ficción (siempre relacionada con el océano), escribió varias obras divulgativas sobre los tiburones, con en fin de desmitificarlos y hacer que el público tomase conciencia de su importante papel en el ecosistema marino.
A qué género(s) y estilo(s) pertenece: Es una novela de terror sin paliativos, que se adentra en el terreno del gore explícito. Es también un thriller, por su atmósfera y su ritmo narrativo, y se puede considerar una novela de aventuras y acción, en especial en su tercera parte, la que relata la caza del tiburón. 
Qué cuenta: Amity es una pequeña localidad de Long Island, de apenas mil habitantes. En verano su población se multiplica por diez, y los vecinos viven el resto del año de los ingresos que dejan los turistas. Ese año, un gigantesco tiburón blanco aparece en sus costas y devora a varios bañistas. El jefe de policía Martin Brody solicita cerrar las playas por precaución, pero los prebostes locales anteponen los intereses económicos a la seguridad de los veraneantes, y desoyen su petición. Por ello, la lista de víctimas aumenta y el pánico se desata. Cuando ya es demasiado tarde, el consejo municipal autoriza al jefe Brody a que contrate los servicios de un enigmático pescador llamado Quint, que asegura poder dar muerte al tiburón. Ambos, acompañados del biólogo marino Matt Hooper, se embarcan en una lucha a vida o muerte con el temible escualo, que pronto demuestra ser un enemigo formidable.

Para definir "Tiburón", creo que lo más acertado es mencionar que es un best-seller. O lo que es lo mismo, es una novela escrita sin complicaciones, de esas que entran fácilmente y consiguen captar la atención del lector de principio a fin, sin que el interés decaiga. 
Y ciertamente fue un best-seller, un éxito inmediato y fulminante de crítica y público, que catapultó a Benchley a la fama y propició la adaptación cinematográfica que inmortalizaría la historia. A mi juicio, el éxito se ve favorecido por el estilo asequible y sencillo del que Benchley se vale para su relato, aderezado por otros ingredientes, que creo conveniente enumerar, porque no están presentes en la versión fílmica. Veamos:
- En primer lugar, tenemos un componente costumbrista, que los lectores constantes de Stephen King localizarán al momento, por ser una premisa central de su obra: El choque entre los lugareños de las pequeñas localidades estadounidenses (más en particular, la de los celosos yankees de Nueva Inglaterra) y los forasteros, que emana de un sentimiento de pertenencia legítima a una comunidad, frente a aquellos que están "de prestado", y a quienes se ve como una fuente de ingresos, un mal necesario que se debe soportar, pero gente de fuera a la que se guarda reserva y recelo. Por ello, el ictiólogo Matt Hooper, pese a su buena intención y disposición de ayudar, es considerado un sabiondo de ciudad, y sus acertadas teorías sobre el escualo son desacreditadas. 

Quint, el jefe Brody y Hooper, el trío de protagonistas


- Derivado de ello, Amity como lugar donde todo el mundo se conoce y todos son conscientes de la importancia de que la comunidad permanezca unida y recurra al apoyo mutuo, para sobrevivir a los duros inviernos donde muchas familias terminan acudiendo a los servicios sociales para poder subsistir. Por ello, el protagonista, el jefe Brody, es un local hero, se debe a los ciudadanos de Amity y se enfrenta a los oligarcas locales, porque...
- "Tiburón" muestra también el caciquismo y la plutocracia en los que caen los pueblos pequeños, representado por los jerifaltes de Amity, que prefieren encomendarse a la suerte y abrir las playas, pese a la amenaza del escualo, a escuchar a Brody y cerrarlas, en aras de salvar la temporada y con ello "hacer el agosto" (nunca mejor dicho, aunque la novela transcurra en julio), y cuya actitud provoca el desastre. 
- Y, en la misma línea, la corrupción de los cargos públicos, con un alcalde, Larry Vaughan, implicado en negocios inmobiliarios turbios, con socios "misteriosos", que condicionan sus decisiones. Vemos también como el modesto diario local, el Leader, dirigido por un periodista con un olfato increíble para la noticia llamado Harry Meadows, se supedita a los intereses de estos jerarcas, manteniendo ocultas sus averiguaciones más relevantes, aunque finalmente la ética periodística y la integridad profesional tendrán también algo que decir, y Meadows se redima con un acto de honor que no os voy a contar ahora. 

La secuencia de la lucha entre humanos y tiburón es
una de las mejores escenas de acción que he visto


La novela se divide en tres partes. En la primera, Benchley narra los primeros ataques del tiburón a bañistas, y presenta la localidad de Amity, destino vacacional de neoyorquinos acomodados, y a sus protagonistas, en especial al jefe Martin Brody y a su esposa Ellen, una venidera de origen burgués que terminó enamorándose y casándose con el policía, añorando ahora su perdida vida social de partidos de tenis, clubes de campo, fiestas de sociedad y amistades interesantes. 
La segunda parte se centra en los conflictos entre Brody y el consejo municipal por mantener o no las playas abiertas, así como una subtrama romántica entre Matt Hopper y Ellen, la mentada esposa de Brody, algo que se omite en el filme. La acción continúa de todos modos con nuevas muertes.
Y una tercera parte que relata la cacería del tiburón por parte de Quint, Hooper y Brody a bordo del Orca, el barco de Quint. Este último acto es, como ya dije, un thriller de acción desenfrenada, que nos remite por su viveza y su tono trepidante a clásicos como "Moby Dick".

Peter Benchley en la película, interpretando a un locutor televisivo


Porque, subtramas arriba enumeradas aparte, "Tiburón" trata un tema universal, que hemos visto y leído con anterioridad: la lucha del hombre contra la Naturaleza, que gana en interés cuando el ser humano parte con desventaja frente a un enemigo portentoso, un fenómeno que "juega en casa", en un medio, el mar, cuyas profundidades representan desde tiempos inmemoriales uno de los mayores temores de la humanidad, que en su imaginación la pobló de seres fantásticos y temibles como el kraken, las serpientes marinas o los cachalotes capaces de devorar o destrozar una embarcación. El tiburón de Benchley es el Leviatán, el epónimo de todas las bestias marinas devoradores de hombres, que para la tradición judeocristiana representa al demonio. Ya en la Biblia encontramos diversas referencias a monstruos marinos:
Génesis, 1:21 "Dios creó los grandes monstruos marinos, las diversas clases de seres vivientes que llenan las aguas deslizándose en ellas y todas las especies de animales con alas. Y Dios vio que esto era bueno."
Isaías, 27:1 "Aquel día, el Señor castigará con su espada bien templada, grande y fuerte, a Leviatán, la Serpiente huidiza, a Leviatán, la Serpiente tortuosa, y matará al Dragón que está en el mar."
Salmos, 74:13-14 "deshiciste el Mar con tu poder y quebraste las cabezas del dragón marino; aplastaste las cabezas de Leviatán y lo diste como alimento a las fieras del desierto."
Job, 40: 25 - 40 y ss. "Y a Leviatán, ¿podrás pescarlo con un anzuelo y sujetar su lengua con una cuerda?", a partir de ahí, toda una descripción del Leviatán. 

Y por supuesto Jonás, 2:1 y ss. "El Señor hizo que un gran pez se tragara a Jonás, y este permaneció en el vientre el pez tres días y tres noches."

O asistimos a leyendas como la del viaje de San Brandán, que arribó a una isla con sus acompañantes, e incluso celebró la misa de Pascua en ella, antes de descubrir que en realidad era una ballena llamada Jaconius.
Por todo ello, el formidable ejemplar de Carchadoron Carcharias que protagoniza este libro, un titán de más de siete metros y dos toneladas y media de peso, con un apetito insaciable, y al que el autor dota de una sagacidad, una astucia y una inteligencia desusadas en sus congéneres, entronca directamente con este ideal de Leviatán que sembrará el pánico entre los humanos, intrusos en un mundo en el que él está en su elemento, y que obligará a Quint, Brody y Hooper a jugar al límite y emplearse a fondo para imponerse en la lucha. Por cierto, y VOY A HACER UN SPOILER porque la circunstancia lo exige, espero que me perdonéis, el destino de Hooper es distinto y más trágico que en la película, y después os contaré porqué.

Steven Spielberg haciendo un poco el payaso con el bueno de "Bruce", del que hablaremos


Volviendo a lo literario, por lo que respecta a "Tiburón" como novela de terror, debo advertir a los más sensibles de que Benchley se recrea en los ataques del escualo a los infortunados humanos, con descripciones bastante gráficas de cuerpos desmembrándose, sangre, vísceras y lo que se tercie:
"El pez se había alejado. Se tragó la pierna sin masticar. Huesos y carne pasaron a través de la enorme garganta en un único espasmo. Luego, el pez viró de nuevo, apuntando hacia el chorro de sangre que surgía de la arteria femoral de la mujer, una señal tan clara y segura como la de un faro en una noche sin nubes. Esta vez, atacó desde abajo. Surgió por debajo de la mujer, con las mandíbulas abiertas. La gran cabeza cónica la golpeó con la fuerza de una locomotora, lanzándola fuera del agua. Las mandíbulas se cerraron de golpe alrededor de su torso, aplastando huesos, carne y órganos y convirtiéndolos en gelatina. El pez, con el cuerpo de la mujer en su boca, cayó de nuevo al agua con un atronador chapoteo, salpicando espuma, sangre y fosforescencia en una lluvia multicolor.Bajo la superficie, el pez agitó su cabeza de un lado a otro, mientras sus colmillos triangulares serraban los pocos cartílagos que aún resistían. El cadáver se hizo pedazos. El pez tragó, y luego giró para continuar alimentándose. Su cerebro aún seguía recibiendo las señales de presa cercana. El agua estaba moteada con sangre y jirones de carne, y el pez no podía distinguir por las señales lo que las producía. Atravesó una y otra vez la nube de sangre que se iba disipando, abriendo y cerrando la boca encontrando de vez en cuando algún bocado."

Destacar también que el autor juega una baza muy interesante, que muestra su conocimiento de estos animales, haciéndonos partícipes de las percepciones y estímulos (no podemos llamarlos pensamientos, no sería correcto) del pez, pues habéis visto que así se refiere a él, de manera que entendemos cómo se comporta un tiburón, qué lo hace atacar, qué lo impulsa a acercarse a la costa...)
"No tenía convicción de que lo que estaba moviendo el agua arriba fuera comida, pero para él la comida no era un concepto perfectamente definido. El pez sentía el impulso de atacar; si lo que tragaba era digerible, aquello era comida; si no, luego lo regurgitaba."

Para acabar la parte de la reseña dedicada al libro, sólo me resta comentar que, pese a su tono de best-seller o literatura de consumo, Benchley muestra buenos mimbres de escritor, y tiene párrafos delicados, sin llegar al lirismo, pero que transmiten emociones, sin limitarse a descripciones prosaicas o funcionales:
"El jueves por la mañana estaba nublado, una húmeda niebla que se pegaba al suelo y era tan espesa que hasta tenía sabor, fuerte y salado."
Concluyendo: Una lectura honesta, que ofrece lo que promete, cómoda, sencilla y rápida, que se puede disfrutar en un par de lluviosas tardes de invierno o de apacibles tardes playeras veraniegas, aunque tal vez después no os apetezca pegaros un buen y refrescante chapuzón... :)

Hombres y tiburón se enfrentan en el clímax de la película de la que pasamos a hablar


La película: En 1975, apenas dos años después de la publicación de la novela, llegaría su adaptación al cine, y lo haría a lo grande. Tras desechar a John Sturges y a Dick Richards (de éste se dice que los productores empezaron a mosquearse cuando, reunidos con él, no paraba de decir "la ballena esto", "la ballena hará aquello", "entonces la ballena tal", "y luego la ballena cual"), la Universal Pictures confía en un joven director judío, que venía de dirigir capítulos de Colombo y el telefilme Duel (en España, "El diablo sobre ruedas"). Se llamaba Steven Spielberg, pero a partir de esta película comienza una carrera meteórica de éxito tras éxito que hará que empiece a conocérsele como "El rey Midas de Hollywood", y hasta hoy. Spielberg se muestra como un genio del cine, con un talento insuperable para jugar con las emociones del público y un dominio magistral del lenguaje cinematográfico. 

"Jaws", título homónimo al de la novela, es rebautizada en España como "Tiburón", en vez de "Mandíbulas", que sería la traducción literal. No pasa nada, estamos acostumbrados. Será una de las películas más taquilleras de la historia de este medio, y define un nuevo concepto de la industria: La Superproducción respaldada por una fuerte e intensa campaña publicitaria, y acompañada por una linea de productos derivados (camisetas, juguetes, cromos, pósters, tazas, gorras, luncheras...) que se denominará merchandise (en castellano, mercadotecnia) y que supondrá una fuente de recaudación casi tan importante como el taquillaje, incluso más [George Lucas sorprendía poco después a propios y extraños cuando, para dirigir Star Wars, renuncia a honorarios directos y porcentajes de recaudación en taquilla en favor de los derechos de merchandising. Los productores lo toman por loco y firman encantados... creo que aún se ríe cuando se acuerda]. Podéis echarle un vistazo a la espectacular web de este fanático de Jaws, que nos muestra orgulloso su colección :D 

Robert Shaw y "Bruce" tomándose un descanso durante el rodaje


Jaws inaugura también otra tradición de las superproducciones: estrenarse en verano, lo que garantiza una mayor afluencia de público. La jugada salió redonda: cuesta 9 millones de dólares y recauda 470, más los ingresos por mercadotecnia, y los que derivarán de sus ediciones en vídeo, DVD, Blu-Ray y pases televisivos. 
Los papeles principales están encarnados por Roy Scheider (jefe Martin Brody), Richard Dreyfuss (Matt Hooper) y Robert Shaw (Quint). En una era donde el CGI y los efectos digitales eran Ciencia-Ficción, el tiburón era un animatronic llamado cariñosamente "Bruce", que fue el responsable de que la película tuviese un cariz muy diferente al previsto. Vamos a ver porqué:
"Bruce", como actor, era una auténtico desastre. Se averiaba todo el tiempo, y el agua salada estropeaba sus mecanismos. El rodaje se complicó y alargó muchísimo, porque "Bruce" arruinaba las escenas un montón de veces, fallando en el momento más inoportuno. Así que, como no hay mal que por bien no venga, Spielberg reformuló la película, y tal vez por acierto, tal vez por suerte, ésta salió ganando. 

Así era en realidad "Bruce". La magia del cine :D


En vez de planos del tiburón atacando a sus víctimas, Spielberg optó por vistas subjetivas de los bañistas, contemplando las escenas desde los ojos del tiburón, creando una sensación de terror psicológico, angustioso, que supuso una innovación total en el género. "Bruce" no aparece en pantalla hasta transcurrida una hora de película (si exceptuamos su aleta dorsal), de un total de dos de duración. Además, Y AQUÍ REGRESA EL SPOILER, es el causante también de que el personaje de Hooper salve su vida: como no había forma de rodar bien la escena en la que el tiburón destroza la jaula anti-tiburones donde se encuentra el biólogo, matándolo y devorándolo, se optó por dejarlo con vida:

Incluso se fueron a Australia a intentar rodarla con tiburones blancos reales, usando un muñeco, pero éstos no estaban por la labor. Cuando finalmente un ejemplar rompió la jaula (preparada a tal efecto, las reales son irrompibles para estos animales) los del equipo no estaban listos para rodar y se perdió la oportunidad.
En realidad, la película usa imágenes de tiburones reales varias veces, rodadas por Ron y Valerie Taylor. De hecho, siempre que veáis un tiburón que nada de una manera muy natural, muy "lograda", podéis estar seguros de que no es "Bruce", si no uno de sus "dobles" xD

La valla publicitaria que daba la bienvenida a Amity Island recibe hoy día a los
visitantes del parque temático de la Universal, donde existe una atracción basada en el filme


Esta sólo es una de las muchas anécdotas que circulan por Internet sobre la película, como que la famosa frase de Brody cuando ve al tiburón por primera vez: "You're gonna need a bigger boat", no estaba en el guión y fue una improvisación de Roy Scheider; o que la escena en la que Quint (cuya descripción física, dicho sea de paso, difiere por completo de la del libro) relata a sus compañeros su estancia en el barco USS Indianapolis y el trágico destino que corrieron sus tripulantes (escena que en el libro no existe) fue ideada y escrita por el propio Robert Shaw, que enriqueció así su personaje.

"Bruce" va al dentista


Otros cambios argumentales importantes son que Amity pasa de ser una población de Long Island a ser una isla, Amity Island; y que Martin Brody no es nativo de Amity y veterano jefe de policía, si no que es de Nueva York y ese es su primer año en el cargo. El affaire romántico entre Ellen (la esposa de Brody) y Hopper no aparece, como ya comenté, y otros aspectos como las corruptelas del alcalde también se pasan por alto. Además, el desenlace de la lucha entre el escualo y sus perseguidores (¿quién persigue a quién?) es diferente, siendo menos espectacular en la novela.

Y no podemos dejar de hablar de uno de los puntos fuertes de esta película, algo que reforzó los escalofríos que provocan los planos subjetivos desde la perspectiva del tiburón, y que acompaña a las escenas como un guante: la banda sonora de John Williams. ¿Quién no conoce los angustiosos tritonos da-da da-da da-da-da...?
Escúchala en Spotify :)
Si la novela nos recordaba a grandes clásicos como "Moby Dick", la película le da la réplica, y recupera también el espíritu de las grandes aventuras, de nuevo con la colaboración de la música de Williams, que es algo tramposillo (dicen que a Spielberg no le gustaba la banda sonora, pero luego reconoció su papel crucial en el éxito del filme) pero al que no se le puede negar que es efectista, y su partitura para la escena épica de la persecución se ajusta como anillo al dedo, y nos recuerda también a otra gran versión de "Moby Dick": la inmensa película de John Huston, con Gregory Peck como capitán Achab.

Comentar también que Jaws inició una tetralogía, que fue perdiendo en calidad y repercusión con cada entrega. Para Jaws 2 (en España "Tiburón 2"), de 1978, aún contaron con Roy Scheider, pero Spielberg se desentendió definitivamente del proyecto, centrado en su monumental "Encuentros en la tercera fase".  

En 1983 vendría Jaws 3, en dos versiones, normal y Jaws 3-D, que se aprovechó del auge, por aquella época, del 3-D, una tecnología no muy desarrollada, la verdad, que después caería en el olvido hasta el boom de Avatar, y en la que básicamente se usaban unas gafas de cartón con lentes de celofán, una roja y una azul o verde. Como curiosidad, en España tuvieron que llamarla "El gran tiburón" porque, tiempo antes, un avispado distribuidor había solapado una paupérrima producción italiana titulada "L'ultimo squalo" como "Tiburón 3" para rebañar algo de público aprovechando la confusión. A la generación del videoclub nos hacían un montón de perrerías así xDDDDD

Por cierto, el guión es de Richard Matheson


Y aún falta Jaws 4, The revenge (en España, "Tiburón, la venganza", sin el 4), del año 1987, que está considerada la peor de la saga con diferencia, y por muchos una de las peores películas de la historia del cine. En cualquier caso, es la de menor recaudación, y atesora tres Razzies, con siete nominaciones. 

Para no extendernos hasta el infinito, no detallaré, sólo citaré, la existencia de una interminable serie de "clones de combate" o explotations de Jaws, casi todas de una calidad ínfima, muchas de ellas de origen italiano, auténticos maestros en dar gato por liebre (como ya vimos en el caso "Tiburón 3"); algunas con la desfachatez de colar planos robados directamente de la película de Spielberg y otras, como la entrañable obra de Serie B "Tintorera!" (1977) del mexicano René Cardona Jr., reaprovechando imágenes reales de tiburones y otras escenas "tomadas prestadas" de documentales. 

Uno de los numerosos carteles de Tintorera!


Más datos de interés: "Tiburón" tuvo varias conversiones al mundo de los videojuegos. La primera de ellas, del año 1987, llegó simultáneamente a dos plataformas de 8 bits: la videoconsola NES de Nintendo, y los ordenadores personales Sinclair Spectrum, Amstrad y Commodore 64. 
El juego para ordenador recibió en su día bastantes palos, pues se estimó que su desarrollo que combinaba aventura, puzzles y plataformas, dirigiendo el jugador un pequeño batiscafo a lo largo de un mapa en el que debía encontrar una serie de piezas, mientras el tiburón iba devorando bañistas en la superficie si nos retrasábamos, no tenía nada que ver con la película, y que la licencia estaba metida a calzador para beneficiarse del tirón de la misma. 

[fuente]


La versión para NES se aprovecha de los mayores recursos de ésta frente a los pequeños ordenadores domésticos de la época, y logra un resultado más decente, pero la recepción del público fue igual de tibia:

[fuente]


Y treinta años después del estreno de la película, llegó para la plataforma Playstation, en sus versiones PS2, PS3 y PSP, Jaws Unleashed, en el que la novedad es que nos meteremos en la piel del mismísimo tiburón, y causaremos estragos devorando humanos y atacando a otras criaturas marinas como delfines u orcas. Pese a su originalidad (es obra de Apallosa Studios, los autores de Echo the Dolphin, en el que manejábamos a un delfín), recibió malas críticas por su complicado manejo del tiburón y por sus confusos movimientos de cámara. Como no tengo videoconsola y KindleGarten no es un blog sobre videojuegos, ni entro ni salgo en el tema, ni corroboro ni desmiento :)

Esto sería todo, y creo que es más que suficiente, para hablar de esta combinación de novela y película, sobre unos animales tan fascinantes como los tiburones. Espero que os hayáis divertido tanto leyéndola como yo escribiéndola. Nos leemos!

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