“Tie Pohjoiseen”, de Mika Kaurismäen: una road movie de risa fácil.

Tie Pohjoiseen

Timo es un prestigioso pianista que vive lejos de su hija y su mujer, dando conciertos durante el día y ensayando horas y horas por la noche piezas de Schubert y otros compositores clásicos. Un día, antes de entrar en casa, encuentra a un hombre dormido, tirado a los pies de su puerta. ¿Un borracho? No, su padre, que llevaba décadas sin aparecer por allí.

Entonces, Leo invita a su hijo a acompañarlo a conocer a todos los familiares con los que Timo aún no ha tenido la oportunidad de hablar, ni siquiera de saber de su existenica. “Tie Pohjoiseen” es una road movie donde padre e hijo se embarcan en la aventura de conocer a su familia, hasta entonces tanto o más anónima que el paradero de su padre durante todo ese tiempo. El director finlandés Mika Kaurismäen, recorre en descapotable las carreteras que llevan al norte, para mostrar que es lo que allí hay de importante en la vida de sus protagonistas

El viaje, por supuesto, no estará exento de problema. El primero de ellos será la relación entre los dos hombres, por un choque de personalidades tanto diferentes. Leo (Vesa-Matti Loiri), es un hombre con barba de tres días y camisas hawaianas (o estampados florales, a lo más formal) es un hombre despreocupado y sin sentido de la responsabilidad. Timo (Samuli Edelmann), por su parte, es un joven elegante, de semblante serio, taxativo y concienzudo en su carrera como pianista.

Leo intentará que Timo pierda esa perspectiva de la vida como algo grave y cuadriculado. Un lance que, como no puede ser otra forma, al principio será airosamente negado por Timo, pero con el que después acabará cediendo. Porque padre e hijo no sólo comparten una enfermedad (la diabetes) sino también su amor por la música y su pasión por las mujeres, entre otras muchas cosas.

Lo apolíneo y lo dionisiaco, otra extraña pareja que en absoluto es nueva en el mundo del cine, pero que no por ello deja de ser efectiva en lo que al género de comedia se refiere. Kaurismäen sitúa a los personajes en circunstancias insólitas donde participan personajes excéntricos pero arquetípicos, tal como lo son los propios protagonistas de la historia.

La película de Mika Kaurismäen participa en la Sección Oficial

Kaurismäen consigue arrancar la carcajada por más de una ocasión, en un guion diseñado para una risa fácil y que sólo justifica el objetivo argumental de la historia al final, con una de las últimas visitas que los protagonistas realicen. Pero el director finlandés prefiere dejar más que evidente el significado transcendente – o el menos somero – de su trabajo, con un discurso final de parte de Leo a modo de fábula con su respectiva (y un tanto obvia) moraleja

“Tie Pohjoiseen” muestra a la familia no como una imposición, sino como una manera de combatir la soledad. Es una película que visita lugares donde el espectador ya ha estado y presenta personajes que el público conoce de otras veces. Pero también es un trabajo cumple lo que promete y consigue aquello para lo que está hecha: pasar en el cine un rato entretenido con amigos, un refresco y el paquete grande de palomitas.

Dafne Calvo

Por afecto o por defecto, pero me encanta el periodismo. Sueño con un mundo dibujado sobre viñetas, donde esté prohibido comer palomitas en el cine.

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