Revista Cultura y Ocio

Tienes que mirar. Anna Starobitens

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Tienes que mirar. Anna Starobitens
     "Una cosa es inventar historias de miedo y otra muy distinta es convertirse en la protagonista de un cuento de terror. Dudé mucho tiempo si merecía la pena escribir este libro. Es demasiado personal. Demasiado real. No es literatura.      Pero lo único que sé hacer es escribir. No tengo ninguna otra habilidad para cambiar el mundo".
     Hay personas que escriben historias de terror. Esas son afortunadas, igual que sus lectores, porque cierran su ordenador o su libro y pueden regresar tranquilamente de una pesadilla a un mundo real. Luego están las que, escriban o no, lean o no, las viven. Hoy traigo a mi estantería virtual, Tienes que mirar.
     Estamos en este caso ante un memoir, es decir, un relato en el que la autora cuenta una parte de su vida. En esta novela nos habla de su embarazo, de las esperanzas e ilusiones que se ponen en él y en cómo descubre en una ecografía que el bebé que espera tiene un problema (me niego a llamarlo defecto, me suena mal) que es incompatible con la vida. Comienza así la pesadilla, el periplo, las consultas, el desapego burocrático, la falta de comprensión y de sentimientos. 
     Starobitens relata una experiencia traumática que es complicado leer sin tener un mínimo de terror en la sangre. Ya sea leída con hijos, hermanos, amigos embarazados, está claro que uno lo lee poniendo parte de su piel en él. Posiblemente porque hay una incomprensión, una soledad que siente esta mujer, que se adhiere a sus palabras convirtiendo el texto en una pesadilla lúcida que sabemos sigue sucediendo. Hace una crítica demoledora contra el sistema sanitario ruso al que deja al descubierto por su falta de humanización y lo compara con lugares más avanzados. Y yo lo leía pensando en El nadador en el mar secreto, testimonio de un padre cuyo hijo nace muerto y al que se lleva del hospital y entierra y no podía evitar comparar en la misma medida en la que un hilo aparecía uniendo ambas historias, humanizando más aún una experiencia por la que siguen pasando muchas personas. Demasiadas. Una es demasiado. Y es que si uno piensa en lo que debe de ser sentir a un hijo dentro mientras se toma la decisión de abortar porque no puede vivir... sinceramente, no sé cómo debe de ser vivir algo así.     Por eso creo que todos los que tenemos algún niño en el entorno, aunque sea el del vecino al que oímos jugar, vamos a tender a apropiarnos de la pesadilla. Quedan cosas por cambiar, quedan muchas cosas por cambiar. Un aborto es considerado una intervención rutinaria, un parto a buen término ni siquiera se considera una intervención. Quedan cosas, muchas, por pulir.  La depresión postparto como algo real y hormonal, el desamparo tras el aborto al que se eliminan los sentimientos y que queda convertido en poco más que un corte de pelo... y el papel del padre. Porque vuelvo a comparar y veo testimonios individuales. Queda mucho por cambiar. El libro señala cada parte del proceso, marca las faltas, la tragedia la terrible pesadilla. Tienes que mirar, le dicen a la autora y nos lo repite ella a nosotros, los lectores, en este libro que es ante todo una denuncia, un intento de hacer público un sentimiento que ahora recibe mucha atención pero que posiblemente no cambie nada. O tal vez cambie muchas pequeñas mentes, como la mía o la tuya, o nos muestre otro punto de vista, otra forma de mirar cuando tengamos un caso similar cerca. Solo con eso, el libro habrá cumplido su función.
     Tienes que mirar es un libro desgarrador que muestra una realidad que quizás sea más cercana de lo que pensamos. 
     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
     Gracias.

Volver a la Portada de Logo Paperblog