Tigre y sus ilusiones derrotaron a Vélez

A principios de temporada, nubes de tormenta se posaban sobre Victoria. Debido a la poca cantidad de puntos obtenidos en años anteriores, muchos consideraban que el regreso de Tigre a la segunda división sólo iba a representar una cuestión de tiempo. Sin embargo, el Matador no temió a las matemáticas y apostó por una identidad de juego que, además de salir de la zona peligrosa, le permite soñar con su primer título.

El trabajo de Rodolfo Arruabarrena, con gran trayectoria en canchas y poca experiencia en bancos de suplentes, resultó una grata sorpresa para gran parte del fútbol argentino. Con una saludable intención ofensiva, el líder del campeonato logró atravesar un camino pedregoso y ganar elogios y felicitaciones. En otro orden, la conjunción de las figuras de Román Martínez, Diego Morales, Ezequiel Maggiolo y Carlos Luna también se ha erigido en un cóctel de esperanza para los simpatizantes. Ante este panorama, surgió una escuadra cargada de ilusiones.

Vélez Sarsfield, que llegaba al duelo con los hombres del Vasco con posibilidades de luchar por el Clausura, no pudo contrarrestar las virtudes de su rival. En la banda derecha del campo, Lucas Orban clausuró el andar de Augusto Fernández y Fabián Cubero, pilares fundamentales en la estructura de fortinera. No obstante, el local no cayó en la desesperación y, por momentos, otorgó las pruebas que lo posicionan como uno de los mejores elencos del país.

Luna festeja su gol y la locura del Matador.

La intensidad del encuentro mutó a una meseta, provocada por la relajación de ambas formaciones. En ese marco de paridad absoluta, los jugadores del cuadro visitante se mostraron más incisivos gracias a una grandísima actuación de Luna, quien aportó su calidad en toda la cancha. Dicha tendencia se profundizó tras la expulsión de Cubero, que se marchó a las duchas por una patada descalificadora. A partir de allí, el cotejo se tornó altamente eléctrico y el Chino, goleador del certamen con 11 festejos, contó con sus mejores ocasiones.

Marcelo Barovero, confiable arquero para la armada de Ricardo Gareca, ahogó el grito de Luna en dos oportunidades. Empero, en el tercer intento, el artillero aprovechó espacios libres otorgados por la defensa velezana y desató la alegría total: lanzó una vaselina que superó el cuerpo del guardavallas y se coló lentamente en el arco. Emiliano Papa pudo haber evitado la apertura del marcador, pero extrañamente careció de decisión en el instante más álgido.

Tigre y una victoria clave ante Vélez:

Tigre comenzó su campaña sumergido en el infierno mismo, casi sin esperanzas. Hoy, su nombre aparece fuera de la zona de descenso directo y promoción ya que sobrepasó la línea de San Lorenzo y Banfield. Más allá de que deberá esperar otros resultados, el neuvo puntero buscará ahora una nueva meta: bordar la primera estrella para su escudo.