Portada del tomito español
Presentado en un curioso formato, cuadrado, encuadernado en rústica, de un tamaño reducido más propio de las ediciones de bolsillo, llega esta colección de gags que parodian el excéntrico y convulso mundo de las bodas. Concretamente, de su preparación.
No es un tema nuevo a tratar, por doquier hay muestras, especialmente en televisión, de la capacidad para provocar carcajadas que producen los preparativos de una unión matrimonial. Desde los sueños inquebrantables de una niña repipi a los ataques de pánico de última hora de un novio con miedo al compromiso.
No obstante, a no ser que estén excepcionalmente coreografiadas, con unos diálogos brillantes y un ritmo perfecto, estos chistes sólo suelen hacerle gracia a quien han pasado por esta experiencia ya no tan única en la vida, especialmente si perteneces al mundo de la alfombra roja (los periodistas del corazón ya han perdido la cuenta de los divorcios de Van Damme).
Detalle de una página interior
Esto es exactamente lo que ocurre con esta peculiar obra. Si bien no puede decirse que sea mala, porque su factura es reseñablemente buena, no produce el efecto deseado en aquellos que no han contraído nupcias. No sabría decir si esto juega un papel a favor o en contra, o si el autor lo ha hecho conscientemente, sencillamente es así.
El dibujo, de trazos sencillos y líneas muy abiertas, caricaturiza y satiriza con acierto los sentimientos, peripecias y desavenencias de la pareja protagonista, consiguiendo la empatía del lector (siempre y cuando haya llevado o lleve una alianza en la mano, no me cansaré de repetirlo) con su consiguiente diversión.
Detalle de una viñeta
El ritmo es igualmente fresco y revitalizador, haciendo que la transición de una escena a otra, o incluso de una historia corta a otra, sea algo natural, que se tome más como el cierre de un capítulo y la abertura de uno nuevo. El guión acompaña igualmente, haciendo que todo sea creíble, reconocible, dotándole de ese matiz cotidiano pero simpático que hace que este tipo de historias funcionen.
Es el regalo perfecto para el matrimonio aficionado a los tebeos, aunque recomendaría hacerles el obsequio pasado un tiempo de su unión, principalmente porque todavía suele quedar mucho por hacer tras pasar por el altar.
Carcayú
Hola, soy Borja Prieto, y soy una bellísima persona, como Ramón Langa.
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