Tinta Secuencial (45): Doc Savage, un bronceado fuera de tiempo

Portada española del tomo recopilatorio

De un tiempo a esta parte, El Catálogo del Cómic está reeditando y recopilando el material original de Doc Savage, que curiosamente fue publicado por Marvel Comics, según se indica en su prólogo.

Toda recuperación de trabajo clásico ha de ser celebrado, pues es una obra que perdurará un tiempo más. Sin embargo, se corre el riesgo de caer en anacronismos. No todo tiempo pasado fue necesariamente mejor, y lo que para los lectores nostálgicos se convierte en un pequeño regalito a cargo de la editorial, para otros no es más que un estorbo en la estantería.

En la época en la que Doc Savage fue publicado originalmente el mundo del cómic era completamente distinto. La sociedad entera lo era. Predominaba otro lenguaje visual, mucho más hierático, tenían un ritmo narrativo mucho más estático, y los argumentos siempre se veían tiznados con una candidez e inocencia propias de una época en la que la imaginación parecía imperar sobre la veracidad.

Muestra del arte interior

Ahora el público demanda historias con tramas de largo recorrido, donde cada recoveco y detalle del guión esté debidamente explicado. Y no solo eso, sino que esa misma explicación que se exige ha de ser satisfactoria según las expectativas del lector. Pobre de aquel guionista que no cumpla con estos exigentes requisitos, y pobre de aquel que no proporcione argumentos que se adapten al sentir del público.

Esto acaba por funcionar en detrimento de la serie, proporcionando grandes desaires por parte del espectador para desesperación del creador. Casi parece que ahora los guionistas trabajen según las volubles voluntades de las audiencias, y, claro, cuando tratas de contentar a un niño caprichoso, acabas por obtener resultados muy irregulares.

Todo esto viene a cuento de que si eres este tipo de espectador, de los que exigen que se exprima hasta el más mínimo detalle de una trama, que todo quede bien ligado y atado, en una suerte de narración circular donde absolutamente nada quede dejado al azar, NO leas Doc Savage. Jamás en tu vida se te ocurra tocar siquiera estos cómics.

Muestra del arte interior

Si, por el contrario, no te has dejado contagiar por esta ciega exigencia (y su consiguiente facilidad de rabieta cuando tus designios no se ven satisfechos), o simplemente sabes adoptar la actitud propia de la época en que se publicó para ser capaz de disfrutar de estas historias, serás capaz de disfrutarlo.

Eso sí, la historia también ha de conectar contigo, pues no solo basta con regodearse en ese hipócrita sentimiento de superioridad que invade a muchos modernos de hoy en día cuando leen “tebeos” antiguos, mientras miran con petulancia por encima del hombro tu último número de la Patrulla-X.

Carcayú

Hola, soy Borja Prieto, y soy una bellísima persona, como Ramón Langa.

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