Revista Psicología

Toc (iii)

Por Centro Psiconet

En el post que nos ocupa vamos a seguir desgranando los elementos que podemos considerar como el origen de este trastorno y que de alguna manera favorecen el mantenimiento del mismo.

Como algo clave, no debemos olvidar que las obsesiones generan en la persona un sentimiento de irracionalidad. La sensación de que estos pensamientos son poco realistas y absurdos, con poca probabilidad de que se conviertan en un hecho real aparece y esto mismo acaba generando un malestar y un sufrimiento en la persona, que le lleva a actuar en consecuencia de ellas. Es como una conducta supersticiosa, como cuando la gente toca madera o no utiliza determinados colores al vestir, a pesar de ser consciente de que es algo absurdo y que eso no va a evitar que ocurran sus peores temores. También influye la probabilidad de ocurrencia real del contenido de las obsesiones, en muchos casos la probabilidad real de que suceda lo que la persona teme no es cero. Alguien podría olvidar cerrar la puerta y que entrasen a robar u olvidar apagar el fuego y que se produjera un incendio o atropellar a alguien sin darse cuenta. 

TOC (III)

Otro elemento que media en este trastorno es el malestar que provocan las obsesiones en forma de respuesta de ansiedad. La realidad que tenemos que saber es que la ansiedad es una emoción más, no es mala ni peligrosa, es una respuesta adaptativa del organismo que se pone en marcha como mecanismo de supervivencia de la especie. Es como una señal de alarma que nos hace ponernos en guardia al detectar un peligro inminente. El corazón se acelera, los músculos se tensan, respiramos más rápido, las pupilas se dilatan… Cuando estamos en una situación de peligro real la ansiedad que sentimos es idéntica a la que sentimos cuando pensamos que nuestras manos pueden estar contaminadas por algo. La dificultad de la ansiedad en el TOC y otros trastornos de ansiedad hemos aprendido a interpretar determinadas situaciones como peligrosas y en realidad no lo son. Por lo que nuestro organismo se pone en marcha y nos genera esa sensación tan desagradable e incómoda y que nos obliga a buscar una solución para ponernos a salvo. Estas sensaciones se disparan automáticamente cuando en nuestro pensamiento aparece la percepción de peligro, las obsesiones.

El último elemento son las compulsiones o rituales y otras conductas de neutralización de la ansiedad. Cuando aparece la obsesión en la mente de la persona provoca ese malestar emocional que le lleva a hacer algo para sentirse mejor. Este comportamiento es también adaptativo, ante el malestar tenemos el impulso de reducirlo. Las compulsiones son las conductas o secuencia de ellas que se hacen en un orden determinado y cuyo objetivo es ponerse a salvo del temor inducido por la obsesión. Estas compulsiones generan una potente situación de alivio.

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