Revista Psicología
- Moli ¿has pensando algo para cenar?- Si, un kiwi y un yogur. - Joder Moli, no puedes seguir así te vas a consumir. - No puedo más, he cocinado para mañana, las princezaz han cenado y solo quiero sofá, libro y tener pulso periférico. -Cocino yo…voy a hacer patatas bravas y aros de cebolla. - ¿Patatas bravas y aros de cebolla? ¿Ahora? ¿No te da pereza?- No, tú quédate ahí que yo me encargo.
Me zambullo en mi libro intentando no dormirme, últimamente la comida ha dejado de ser una prioridad vital, de hecho ha dejado de ser vital.
- ¿Qué es eso?- La salsa de las bravas. - ¿Seguro? ¿eso es la salsa? - Haz el favor de probarla. No critiques antes de tiempo. - Pero es que es marrón oscuro. No parece salsa brava. Tampoco parece salsa..¿la corto con cuchillo? - Moli, pruébala. - Vale- Y ¿bien?- Sabe a algo marrón oscuro que no tiene nada que ver con la salsa brava. - Tienes razón. No me ha salido bien. Tengo que seguir probando.
Terminada la cena, sigo en mi rincón leyendo. El ingeniero en su lado del sofá ve el futbol, lleva los cascos puestos y mira el ordenador. Pienso: qué tío...ve el futbol, lo escucha por la radio y encima mira el correo. Le envidio esa capacidad para seguir siendo persona a las 11 de la noche cuando yo a duras penas consigo saber ni siquiera quien soy.
- Moli...- Dime...- No te lo vas a creer, pero me acabo de ver 20 videos en you tube sobre cómo hacer la sala de las patatas bravas y ¡¡no hay ninguno igual!! Y todos dicen “receta original, la verdadera salsa brava”…- …..
- ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así? ¿A ti también te parece raro?- Ingeniero...a mí lo que me acojona es la primera parte de tu frase “he visto 20 vídeos en you tube sobre como hacer la salsa de las patatas bravas”... ¿NO VES LO FRIKI QUE ES ESO??- …un poco, ¿no?- ¿UN POCO? ¡¡Ahora mismo debes ser record guinness “el tío que más videos de patatas bravas ha visto en su vida”!!- Moli…ya sabes cómo soy…me obsesiono con algo…
Esto de las bravas no es un caso aislado. Antes de esto, hemos tenido dos años dedicados al boquerón. Todas las semanas aparecía con misteriosas bolsitas del supermercado con boquerones. Teniendo en cuenta que para M los boquerones son como kriptonita para Supermán, su manipulación en la cocina y posterior almacenamiento nos convertía al Ingeniero en uno de los científicos de ET. Hemos tenido permanentemente boquerones en la nevera hasta que ha conseguido hacer los boquerones en vinagre perfectos. Ya sé lo que estáis pensando: Moli coño pues fenomenal, ahora comerás boquerones en vinagre cojonudos.
Pues no. Por que cuando alcanza el reto, se aburre, ya no tiene gracia. Así que he estado dos años haciendo cata de boquerones duros como piedras, directamente incomibles, salados, sosos, avinagrados, aceitosos, tiesos como la mojama, vomitivos, pasables, asquerosos, con una textura blandengue repugnante …hasta alcanzar la perfección boqueril.
- Joder...¡¡estos están cojonudos!!
Y nunca más.
No solo tenemos compulsiones culinarias. También hemos tenido un Excel con todos los vinos de menos de 2 euros a la venta en todos los supermercados en 2 km a la redonda de casa y en todos los supermercados de los sitios donde hemos ido de vacaciones durante dos años. Y en mi cuaderno de recetas, tengo un Excel con el coste pormenorizado del gazpacho casero incluido el gasto de agua y electricidad comparado con el coste de un litro de gazpacho comprado.
Lo voy a decir cristalino: los tíos son muchísimo más compulsivos que las tías. Es más, son compulsivamente absurdos.
Y luego yo soy la rara porque tengo un blog.
Compadecedme, me quedan muchas salsas de colores rarunos que probar.