Charly Domínguez, Los Suaves (Fotografías: Giovanna Fernández)
Aprovechando la entrega del disco de oro a Marea por “En mi hambre mando yo”, tuvimos la honorífica ocasión de poder robarle unos breves minutos al hombre encargado de apadrinar este acto, Charly Domínguez, el bajista del grupo orensano de rock Los Suaves.
¿Cómo ves el rock? Hoy por hoy, es un logro que a un grupo de rock le entreguen un disco de oro…
Es un logro para cualquier estilo de música y si algunos están hablando de vender cien mil copias o más, mienten como bellacos. Igual aquí es más raro, en nuestro estilo, pero en el mundo del pop hablan de discos y no se dan cuenta que hoy toca lo que toca, y ahora toca volver al directo.
Además hay que tener en cuenta que la facilidad que se tiene para descargar gratis las cosas hace que nadie haga otra cosa. No se puede pretender que haya que pagar un euro, porque la gente no está loca y lo saca gratis, cada vez más bonito, incluso con portada.
Pero exactamente por ello muchos grupos apuestan ya directamente por facilitar esa descarga gratuita, ¿por qué no lo hacen todos?
Ahí tienes razón, pero se entra en una dinámica extraña. Puedes hacer una maqueta para que te la descarguen, pero es distinto, porque cuando te metes a grabar un disco, esas barbaridades de hace veinte años de estar cuatro meses, eso es de bobos. Ahora no puedes grabar una gran maqueta porque solo tienes mil euros de presupuesto y te va a salir como mil euros y no puedes ser un genio, aunque sí que seas un genio para las canciones. Pero para lo que es el sonido o los medios técnicos empleados, evidentemente, se va a notar.
Vale, lo bajas y como conocimiento para que la gente vaya a ver el directo está bien, pero si quieres dar un producto bien arreglado, sin ir a la afinación de hace años, tienes que realizar una inversión y después tienes que vender discos. Hoy nadie te va a aportar capital como empresario, porque esto es una empresa donde yo invierto contigo una cantidad de dinero y la venta de discos me da una serie de beneficios, y todo eso se hace por medio de un estudio de grabación con unos gastos. Si no, lo puedes hacer en casa con una caja de cartón o con un móvil y lo bajas.
Entran muchas cosas, no es cuestión de que unos lo hagan y otros no, porque si pudieran esos que lo bajan hacerlo de una manera más ortodoxa, de una manera “más mejor”, también lo harían.
De todos modos, a pesar de toda esta necesidad de capital para un grupo, ¿el rock nace para directo o para estar en un disco?
Nace para directo, de toda la vida. Puedes sacar un disco, pero inicialmente es tocar en directo. Después, como quizás no pueda ver en directo a determinados grupos, me gusta también escuchar sus discos o ver sus vídeos. Todo lo demás después de tocar en directo es una “trapallada”, una parafernalia, cosas que tienes que hacer, como las entrevistas. Son cosas que tienes que hacer, y las haces porque te ayuda a que te vaya a ver en directo, pero si el boca a boca llegase con facilidad a todas partes, si después de un concierto se corre la voz de que ha estado de puta madre, esto se evitaría. Pero se tiene que dar información, tú yendo al concierto, yo dando entrevistas…
¿Qué nos puede ofrecer este rock nacido por y para el directo que no ofrezca otro estilo de música?
Es muy discutible porque la música es genérica. Por ejemplo yo con Beethoven, que me empezó a gustar a los treinta y cinco años, me produce las mismas sensaciones cuando duermo con los auriculares puestos que otro grupo como pueden ser los Sex Pistols o Marea, es cuestión de sensaciones. No es estilo, ni nombres, es música, una forma general.
¿Quizá nos empeñamos mucho en poner etiquetas que no son necesarias?
Para lo único que ponemos etiquetas es para entendernos. Cuando te preguntan “¿Y este grupo qué hace?”, ahí es necesario poner una etiqueta, no puedes pararte a decir que el bajo toca de una manera o la guitarra de otra, dices que hacen el estilo de Barricada, de Rosendo o Rap y ahí ya tienes una idea. ¿Qué hace Bisbal? Pues por los pelos que tiene podría hacer Heavy Metal, pero no, hace pop.
Y ya, por último, hablemos del motivo que te ha traído hasta aquí, ¿qué te parece el disco de Marea, “En mi hambre mando yo”?
Marea ya me gustaba antes. Es que yo, por deformación, para que una letra no me diga nada, la prefiero inglesa porque no me dice nada al no entenderla, y en castellano me gustan las letras que me digan algo, y Kutxi escribe, y Rosendo tiene letras, y Alarma tiene letras, y Los Suaves tienen letras, y eso es lo que te atrae. Si no, prefiero las inglesas, porque utilizan la voz como un instrumento más.
Marea tiene una cultura, una historia, además cree en ella y está consiguiendo una evolución musical. El último disco es un disco redondo, con buenas letras y un sonido algo mejorado. Tiene lo que consiguen los buenos grupos: canciones, momentos, detalles… Y además hacen un disco que está muy bien, y que siempre recordarás.
La vida va pasando, la experiencia, aprendes tanto de lo bueno como de lo malo, y ya no puedes tocar como tocabas hace veinte años aunque quieras, porque solo con la práctica de tocar en directo ya tocas un poquito mejor y no puedes volver a aquello, porque lo estropearás y no te saldrá.
El propio Kutxi Romero era quien solicitaba al bajista orensano desde el fondo de la barra para celebrar el gran motivo que había llevado a su encuentro. Nosotros, por tanto, nos despedimos del músico, no sin antes agradecerle el orgullo que ha significado poder hablar del rock con una persona de su talla.
Miriam